Uso nocivo del alcohol: publicidad online, regulación laxa y falta de concienciación, grandes retos

La OMS pone el foco además en otros aspectos como la necesidad de un sistema de regulación de precios más restrictivo y reducir la amplia disponibilidad de bebidas alcohólicas.

Consumo de alcohol (Foto: Freepik)
Consumo de alcohol (Foto: Freepik)
Ángel Luis Jiménez
15 noviembre 2022 | 00:00 h
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El alcohol es una sustancia psicoactiva que cuenta con propiedades causantes de dependencia y que está relacionado con más de 200 enfermedades y trastornos. El uso nocivo del alcohol se traduce en una alta carga en términos de morbilidad (5,1% de la carga mundial) y tiene importantes consecuencias sociales y económicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que cada año se producen en todo el mundo más de tres millones de muertes como consecuencia del consumo nocivo de alcohol. Cifra que representa el 5,3% de todos los decesos.

Los problemas de salud relacionados con el consumo nocivo de alcohol, así como los de seguridad y socioeconómicos, pueden reducirse si los gobiernos formulan y aplican políticas apropiadas. En este sentido la OMS alienta a los responsables de la formulación de políticas a enfocar estas a medidas que ya han demostrado ser eficaces.

Entre estas destacan la regulación de la comercialización de bebidas alcohólicas (especialmente en lo referente a la venta de alcohol a menores de edad), regulación y restricción de la disponibilidad de bebidas alcohólicas, promulgar leyes más duras sobre la conducción de vehículos en estado de embriaguez, reducir la demanda de alcohol mediante mecanismos tributarios y de fijación de precios, sensibilizar a la sociedad en general sobre los problemas sanitarios y sociales del uso nocivo de alcohol, proporcionar tratamiento accesible y asequible a las personas con trastornos relacionados con el abuso de alcohol y poner en práctica intervenciones a través de los servicios de salud orientadas a disminuir el consumo peligroso y nocivo de las bebidas alcohólicas.

En este sentido la OMS acordaba en 2010 la Estrategia Mundial para Reducir el Uso Nocivo del Alcohol. La actualización de la evidencia científica sobre la costo-eficacia de las opciones políticas e intervenciones puestas en marcha en el contexto del Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles 2013-2030, dio lugar a un nuevo conjunto de medidas recomendadas para abordar la reducción del uso nocivo del alcohol. En esta línea y enmarcado dentro del 72º Comité Regional para Europa de la OMS, se dio luz verde al “Marco Europeo de Acción sobre el Alcohol 2022-2025”.

"Los controles sobre la comercialización del alcohol son mucho más laxos que en el caso de otros productos psicoactivos. Una reglamentación más adecuada y coherente de la comercialización del alcohol, bien aplicada, podría salvar y mejorar la vida de los jóvenes"

Un nuevo plan que refuerza el “Programa de Trabajo Europeo 2020-2025”, que fija la meta de  una reducción relativa del 10% en el consumo de alcohol per cápita para el año 2025. Este plan prioriza sus acciones en seis objetivos considerados como fundamentales para luchar contra el consumo nocivo de alcohol: la fijación de precios (como el aumento de los impuestos especiales sobe las bebidas alcohólicas), reducir la disponibilidad de alcohol (con la creación de espacios libres de alcohol, entre otras medidas), prevención del consumo de alcohol a través de férreas políticas de comercialización, modificación de los sistemas de etiquetado de las bebidas alcohólicas para advertir de los efectos perjudiciales para la salud, consideración plena de los trastornos relacionados con el consumo de alcohol como problemas de salud y una acción comunitaria orientada, principalmente, a reducir el consumo de bebidas alcohólicas entre los más jóvenes.

Sobre algunas de estas metas la OMS ha incidido en los últimos años en relación a la imperiosa necesidad de actuar de forma urgente. El pasado mes de mayo la agencia de salud de la ONU publicaba un alarmante informe a través del que ponía de manifiesto la creciente utilización de técnicas de marketing y publicidad de bebidas alcohólicas a través de internet y plataformas como las redes sociales. Un acuciante problema que socava las metas fijadas y que urge al establecimiento de una nueva reglamentación más eficaz ya que este tipo de publicidad se orienta cada vez más a los más jóvenes.

“El alcohol roba la vida y el potencial de los jóvenes, a sus familias y a las sociedades, no obstante, a pesar de los claros riesgos que entraña para la salud, los controles sobre la comercialización del alcohol son mucho más laxos que en el caso de otros productos psicoactivos. Una reglamentación más adecuada y coherente de la comercialización del alcohol, bien aplicada, podría salvar y mejorar la vida de los jóvenes en todo el mundo”, declaraba con motivo de la presentación del referido informe el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus. Recordaba además que el 13,5% de todas las muertes que se producen a nivel global entre personas con edades comprendidas entre los 20 y los 39 años están relacionadas con el alcohol.

La reducción de los niveles globales del consumo de bebidas alcohólicas se contempla como una de las metas establecidas para 2030 por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y forma parte del marco mundial de la OMS de vigilancia y control de las enfermedades no transmisible. Un camino que requiere de una acción concertada entre todos los países, una gobernanza global eficaz y la participación adecuada de todas y cada una de las partes interesadas.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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