La prevención de quemaduras solares en la infancia reduce el riesgo de desarrollar cáncer de piel

Los expertos recuerdan que en verano hay que extremar el cuidado ante la radiación ultravioleta con un factor de protección solar alto y evitando las franjas horarias críticas.

Niño con crema en la piel (Foto. Freepik)
Niño con crema en la piel (Foto. Freepik)
CS
8 agosto 2019 | 16:00 h

En plena temporada de playa, conviene tener muy presente que la piel de los niños es muy frágil y hay que extremar los cuidados para evitar exposiciones excesivas a la radiación ultravioleta y, por encima de todo, tomar las medidas necesarias para que no se produzcan quemaduras.

Esto último es de vital importancia, ya que según ha apuntado la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología, las quemaduras solares durante los primeros años de vida se consideran un importante factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel en la vida adulta.

''La piel tiene memoria y un porcentaje muy elevado de los cánceres de piel se deben a una exposición solar excesiva'', ha explicado la doctora Christina Schepers, especialista en dermatología de Clínica Planas.

Por todo ello, desde Clínica Planas han aconsejado algunas medidas preventivas con menores. Una de ellas es que niños y adultos deben evitar las franjas horarias solares más dañinas, de 12 a 16h. En el caso de niños de corta edad, lo ideal es que los juegos en la playa sean con los primeros y los últimos rayos de sol.

En plena temporada de playa, conviene tener muy presente que la piel de los niños es muy frágil y hay que extremar los cuidados para evitar exposiciones excesivas a la radiación ultravioleta

Otra recomendación es que hay que evitar la exposición solar de bebés, haciendo uso de barreras físicas (ropa y parasoles). Para las zonas que no queden cubiertas, se recomienda el uso de cremas solares minerales, sin químicos, que actúan también como barrera física.

A su vez, la exposición solar de los niños requiere el uso de un fotoprotector adecuado, con un factor de protección de 30 o superior y que protejan de los rayos UVA y UVB. La crema debe ponerse antes de la exposición solar y repetir la aplicación cada dos horas. También, para evitar reacciones alérgicas, se recomienda evitar cremas con conservantes como el PABA y filtros químicos como el octocrileno. Y aunque el día esté nublado, hay que hacer el mismo uso de los fotoprotectores que en un día soleado.

Por otra parte, poner crema solar a un niño no es tarea fácil, pero eso no es excusa para que protejamos bien todo el cuerpo, sin olvidar cubrir orejas, manos y empeines de los pies, que quedan muy expuestos al sol. Gorras y parasoles no deben faltar en un día de playa con niños y también es recomendable proteger la piel con ropa, la mejor defensa para prevenir quemaduras.

Asimismo, la exposición solar deshidrata con facilidad el organismo de un niño, por ello hay que ofrecer con frecuencia líquidos o alimentos ricos en agua para mantener buenos niveles de hidratación.

En el caso de que se produzca una quemadura solar en menores de un año, no hay que restar importancia al daño, sino todo lo contrario. Habrá que acudir al centro médico más cercano para que sea tratada.

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