Tras 55 días hospitalizado, con su vida en riesgo y un agujero en el corazón,Francisco Camacho Pascual ha recibido el alta y se encuentra en buen estado. Este hombre ingresó hace unos meses en estado crítico en el Hospital Regional Universitario de Málaga tras sufrir un grave accidente de tráfico. A sus 73 años el accidente le había producido un orificio de cinco centímetro en la pared derecha del corazón.
Se encontraba muy inestable, en situación muy crítica y con altas probabilidades de no superar la situación o quedar con graves secuelas. De hecho, tal y como refleja el cirujano cardiovascular José Francisco Valderrama que participó en la intervención, "lo habitual en estos casos es que el paciente no llegue vivo al hospital y, cuando lo hace, la tasa de mortalidad es altísima".
La laceración de la pared del corazón lleva generalmente a un taponamiento cardiaco por salida de sangre a la cavidad pericárdica. "La sangre en el pericardio comprime tanto al corazón que no lo deja hacer su función adecuadamente", señala Emilio Curiel, jefe de sección de la Unidad Coronaria de la UCI del Hospital Regional Universitario de Málaga.
"Conseguimos repararlo suturando un parche de pericardio bovino a las paredes del ventrículo", señala Valderrama
Tras estabilizar a Francisco Camacho, los profesionales de cuidados intensivos vieron que la rotura cardiaca no estaba contenida y lo trasladaron a quirófano. El cirujano cardiovascular José Francisco Valderrama explica que la situación era aún más critica porque el paciente había sido sometido a una cirugía previa en la que se le había extirpado el pericardio, la membrana que rodea al corazón para protegerlo. La ausencia de esta estructura hace que la cirugía sea más compleja, ya que el corazón se encuentra en íntimo contacto con el esternón y adherido a las estructuras adyacentes.
La intervención fue realizada por dos cirujanos cardiovasculares, un residente de la especialidad, un anestesista, tres enfermeras, un técnico de cuidados auxiliares de enfermería y un perfusionista. Tras conectar al paciente a una bomba de cirugía extracorpórea, vaciaron el corazón de sangre, abrieron el esternón y localizaron el defecto cardíaco. "Conseguimos repararlo suturando un parche de pericardio bovino a las paredes del ventrículo", señala Valderrama.
Tras la cirugía Francisco Camacho pasó 40 días en UCI donde se le motitorizó y realizó técnicas como " la hemofiltración o el soporte respiratorio mediante traqueotomía y ventilación mecánica, estando el paciente sedado durante parte de su postoperatorio inicial", indica el intensivista José Andrés Arboleda. Cuando estuvo en condiciones óptimas, pasó a planta donde, según comenta el jefe del servicio de Cirugía Cardiovascular, Fernando Calleja, "un equipo de cirujanos cardiovasculares, enfermeras de planta y técnicos de cuidados de enfermería velaron por la buena evolución del paciente hasta su alta domiciliaria".
NINGÚN CASO SIMILAR
La supervivencia en un caso así es aislado, de hecho, solo se conoce un caso similar de un paciente que se cayó desde gran altura en 2016 y consiguió sobrevivir en Galveston, ciudad de Texas en Estados Unidos.
"Tras realizar una amplia búsqueda en los principales recursos disponibles, no tenemos conocimiento de que una rotura ventricular traumática de este calibre en un paciente sin pericardio por cirugía previa se haya resuelto satisfactoriamente en nuestro medio, lo cual no quiere decir que no haya ocurrido, sino que no ha sido publicado en revistas científicas; de hecho, el caso ya ha sido aceptado para su presentación en el próximo congreso nacional de la especialidad", concluye José Francisco Valderrama.