Sumisión química, un problema infraestimado que va más allá de los pinchazos y debería preocuparnos

El presidente de Semes en Madrid, el Dr. Armengol, explica a este medio en qué consiste la sumisión química y cuáles son los puntos clave para atajar este problema infraestimado que registra casos todas las semanas

Festival de música. (Foto. Freepik)
Festival de música. (Foto. Freepik)
Agustina Uhrig
1 agosto 2022 | 17:45 h

La sumisión química está a la orden del día. No es algo nuevo. Lleva pasando, prácticamente, toda la vida, si bien ha ganado notoriedad en los últimos años y en especial este verano con el aumento de casos de pinchazos a chicas jóvenes en espacios de ocio.

El pinchazo es la primera señal de alarma. Mareos, pérdida de conciencia y sensación de hormigueo son algunos de los síntomas que pueden acompañar a esta inyección, en especial si se ha inoculado alguna sustancia. El objetivo detrás de estas agresiones es la sumisión química: vulnerar el estado normal de una persona para cometer un robo o agresión sexual. 

La sumisión química es un problema de salud pública que registra casos todas las semanas. Con todo, el tema de los pinchazos “no es lo típico”, asegura a ConSalud.es el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias en Madrid (Semes), el Dr. Juan Armengol, que añade que los casos más comunes tienen que ver con el mecanismo oportunista o inducido.

En el primero, el agresor aprovecha que una persona está “fuera de su nivel de entendimiento normal, al estar borracho básicamente, para cometer un delito como el abuso sexual”. En el segundo método, los delincuentes “premeditadamente, buscan la oportunidad de echar algo en las copas de la gente en sitios concurridos, por ejemplo”. El perfil de las víctimas es el de una mujer joven hasta en el 80% de los casos, si bien también se notifican casos de chicos jóvenes, aunque en una proporción significativamente menor.

“Entre el 35 y el 40% de las mujeres que viven en países desarrollados como el nuestro, a lo largo de su vida sufrirán una agresión sexual asociada a la administración de sustancias, sea de forma oportunista o inducida"

El alcohol es una de las principales sustancias involucradas cuando hablamos de sumisión química, sobre todo en el caso de las agresiones oportunistas. Respecto a la sumisión química inducida, los tóxicos implicados suelen ser, en orden de frecuencia, las benzodiacepinas, la ketamina y la escopolamina, más conocida como burundanga. Aunque esta última droga es una de las más sonadas, la realidad es que no es de las más utilizadas, ya que “no está tan en la calle ni es tan fácil de conseguir como las benzodiacepinas”, explica este médico del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

UN PROBLEMA INFRAESTIMADO

“De sumisión química vemos entre uno y tres casos por semana”, asegura el Dr. Armengol, que reconoce que se trata de un problema “infraestimado”. “Entre el 35 y el 40% de las mujeres que viven en países desarrollados como el nuestro, a lo largo de su vida sufrirán una agresión sexual asociada a la administración de sustancias, sea de forma oportunista o inducida. Es una realidad, pero el número de denuncias es muy bajo para el potencial número de casos”, matiza el experto. El desconcimiento, la falta de formación y prevención, la sensación de que no servirá para nada denunciar y la vergüenza de las víctimas debido al estigma, son algunas de las razones que llevan a no denunciar.

En cuanto a la polémica de los pinchazos en discotecas o fiestas, el Dr. Armengol defiende que estarían más relacionados con agresiones que con la sumisión química. “Si estás en un entorno público y te pinchan, es probable que lo notes, te quejes y llames la atención, por lo que la probabilidad de que haya un delito posterior es prácticamente nula”. 

"Me parece más preocupante que te inyecten una jeringa que te pueda contagiar una infección como VIH o hepatitis"

Con todo, muchas jóvenes han utilizado las redes sociales como altavoz para denunciar lo acontecido. Muchas aseguran no haberse dado cuenta, no haberle dado importancia o no haber notado síntomas hasta pasado un tiempo. El desenlace podría haber sido fatal, cuentan, si no hubiesen pedido ayuda o hubiesen estado rodeadas de gente. La mayoría de inyecciones se han detectado en piernas o brazos, zonas en las que el pinchazo y dependiendo del contexto, puede notarse o no. Asimismo, según la víctima o dependiendo si se ha inoculado alguna sustancia o no, los síntomas pueden variar. 

¿QUÉ HACER EN CASO DE NOTAR UN PINCHAZO?

Lo más importante acudir a un profesional sanitario. Y es que hay enfermedades por vía parenteral que deben descartarse o tratarse de inmediato, como el VIH (podrían administrarse profilaxis posexposición) o las hepatitis. “Es como si te cortas con un hierro y vas al médico para que te pongan la antitetánica”, ejemplifica el médico de urgencias. “Es una agresión, así que hay que acudir al médico y también denunciarla”. En muchos centros sanitarios, ya hay protocolos ante casos de sumisión química para abordar y tratar a las víctimas. 

“Me parece más preocupante que te inyecten una jeringa que te pueda contagiar una infección como VIH o hepatitis. Es una agresión con una jeringa que no sabes qué grado de contaminación tiene, al margen de que tenga sustancias o no”, apunta el Dr. Armengol. 

MÁS FORMACIÓN A LOS PROFESIONALES

Para este médico, la sumisión química “es un tema que nos debería preocupar”. En este contexto, el Dr. Armengol apuesta por la formación de los profesionales sanitarios y fuerzas de seguridad del estado para que identifiquen potenciales casos de sumisión química.

“Hay que formar a los sanitarios para que caigan en que puede ser sumisión química. Si llega un paciente que no sabe bien qué le ha pasado, que nota algo raro, que le han robado, que tiene un vacío en la memoria y ha estado en un contexto susceptible, que ha perdido la conciencia o cree que le han violado… En todos estos casos hay que sospechar que puede ser sumisión química. Y para sospechar de algo, hay que estar formado, tanto las fuerzas de seguridad como los sanitarios", concluye el Dr. Armengol, presidente de Semes en Madrid. 

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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