Alimentos para combatir el cáncer, la gran mentira del siglo

A pesar de no estar basadas en la evidencia científica, este tipo de recomendaciones proliferan actualmente entre los pacientes con algún tipo de tumor.

Alimentos para combatir el cáncer, la gran mentira del siglo
Alimentos para combatir el cáncer, la gran mentira del siglo
CS
14 febrero 2018 | 00:00 h
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“Existen dietas anticáncer”. Este es uno de los mitos más comunes en torno al cáncer y, por lo tanto, supone un peligro para aquellos pacientes que en situaciones de desesperación podrían incluso abandonar su medicación por consejos de este tipo. Así lo denuncia el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), desde donde aclaran que “no existe ninguna dieta anticáncer, los pacientes con cáncer, como el resto de la población que no tienen cáncer, deben seguir una dieta equilibrada y variada que incluya frutas, hortalizas, carnes y pescados”.

Añadir suplementos de vitaminas y minerales a la dieta suele ser otra de las falsas creencias como herramienta eficaz para reducir el riesgo de cáncer. De hecho, hasta el momento no existen estudios que demuestren científicamente que este tipo de complementos ayuden a ello. Los expertos recomiendan obtener las vitaminas y minerales directamente de los alimentos dentro de una dieta equilibrada y saludable.

En la actualidad existe poca información que demuestre que los suplementos de soja pueden disminuir el riesgo o tener un efecto protector contra el desarrollo del cáncer

La soja es otro de los ‘alimentos estrella’ acerca de este asunto. Los alimentos derivados de la soja son una fuente excelente de proteína, pero que directamente reduzca el riesgo de tener cáncer se trata de un mero mito. Desde Gepac sostienen que la soja contiene varios fitoquímicos, algunos de los cuales tienen una leve función estrogénica y, en los estudios con animales, parecen ofrecer protección contra los cánceres que dependen de las hormonas.

En la actualidad existe poca información que demuestre que los suplementos de soja pueden disminuir el riesgo o tener un efecto protector contra el desarrollo del cáncer. Tampoco, afirman desde esta asociación de pacientes, existe evidencia concluyente de estudios en humanos que sustente que la soja o los fitoestrógenos aumenten el riesgo de cáncer.

EL MITO DEL TÉ VERDE

Hay estudios científicos realizados en el laboratorio y con animales que han demostrado que el té verde es un potente antioxidante, sin embargo, todavía queda mucha información por desarrollar para poder dar unas recomendaciones concretas sobre el consumo de té verde. “Beber té verde puede ser una buena opción para incrementar el consumo de líquidos cuando una personas se encuentra en tratamiento oncológico. Sólo hay que tener cuenta que el té contiene teína, con propiedades estimulantes, por lo que vale más no consumirlo antes de ir a dormir o si se sufre de insomnio o nervios”, dicen desde Gepac.

Por último, los expertos recomiendan que en caso de que se beban más de dos tazas o tres al día, se aconseja consultarlo con el médico, ya que algunos estudios alertan de que un consumo elevado de té verde podría tener alguna interacción con algunos de los fármacos utilizados durante el tratamiento del cáncer.

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