Marta tiene 10 años y lleva tres padeciendo osteosarcoma, el tipo más común de cáncer de huesos. Tras terminar con el tratamiento en octubre de 2016 y quedar libre de la enfermedad, en julio de 2017 volvieron a detectársela, esta vez con metástasis en la pelvis. Su madre, Pepi Villalba, relata que “aquel día los médicos nos dijeron que no había nada que hacer y que le diésemos toda la calidad de vida mientras pudiéramos”.
Sin embargo, la familia de la pequeña no dudó en seguir intentándolo por su cuenta. “Tras suplicarles que no tiraran la toalla, conseguimos que a Marta le dieran dos ciclos nuevos para intentar parar el avance de la enfermedad y resultó positivo”. Después, la paciente participó en un ensayo clínico “que tuvimos que parar por la toxicidad”, cuenta su madre. Desde enero de este año el estado de salud de la niña se ha complicado.
"Tenemos claro que queremos y debemos aprovechar la que podría ser la última y única posibilidad de nuestra pequeña para poder seguir cumpliendo muchos sueños"
“Ahora estamos yendo a Pamplona a que se le practique una técnica de quimio intrarterial y que, aunque sabemos que es difícil, con el primer ciclo ya está funcionando y mi hija no toma medicación por la boca contra el dolor”. Este tratamiento lo recibe en una clínica privada, ya que la sanidad pública no ofrece este tipo de terapias.
Esta complicación del tratamiento se suma, según lamenta la madre de la pequeña, al problema de que la Consejería de Sanidad y el Sistema Murciano de Salud “se niegan a dárnoslo”. Por ello, ha emprendido una campaña de recogida de firmas en Change.es, en la que hasta el momento han conseguido más de 29.000 apoyos.
“No sabemos cuánto más durará la vida de nuestra hija, pero sí tenemos claro que queremos y debemos aprovechar la que podría ser la última y única posibilidad de nuestra pequeña para poder seguir cumpliendo muchos sueños que todavía le quedan por vivir”, dice su madre.