“Esperamos que en tres meses tengamos una propuesta final de reforma de la EMA”

En medio del debate sobre la necesidad de administrar una tercera dosis frente al Covid-19, hablamos sobre ello y sobre la reforma de la EMA con Nicolás González, portavoz de Sanidad del PSOE en el Parlamento Europeo.

Nicolás González Casares, eurodiputado del PSOE en la Comisión de Salud Pública (Foto. S&D)
Nicolás González Casares, eurodiputado del PSOE en la Comisión de Salud Pública (Foto. S&D)

En el inicio del curso político, el Parlamento Europeo tiene la responsabilidad de negociar con el resto de instituciones europeas el refuerzo de los organismos sanitarios que dependen de la UE. Tomando como experiencia lo vivido con la pandemia de Covid-19, el objetivo es acometer los cambios necesarios para que respondan mejor ante situaciones de crisis. En el caso de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), es un eurodiputado español quien lidera la negociación después de que el Parlamento apoyara su propuesta de reforma. Se trata de Nicolás González Casares, enfermero y parlamentario del GrupoSocialista en la Eurocámara, quien ha atendido la llamada de ConSalud.es para explicarnos su visión.

Usted ha liderado la propuesta del Parlamento para reforzar la Agencia Europea del Medicamento. ¿Cuáles son los últimos avances?

Mi propuesta de reforma de la EMA fue aprobada en junio por el Parlamento Europeo. Ahora estamos al principio de la fase de las negociaciones interinstitucionales, los denominados triduos, entre el Parlamento, la Comisión Europea y el Consejo. En ella debatiremos entre las diferentes posiciones. Hubo contacto previo a finales de julio y ahora en septiembre estamos retomando el diálogo. Lo intensificaremos la próxima semana.

“Tener una buena agencia reguladora es una necesidad y reforzarla una garantía para la ciudadanía. Es muy importante para el mantenimiento de una Unión Europea de la Salud que alcance a todos"

Ahí tendrán un papel importante las posiciones de los distintos Estados miembros, ¿es así?

Sí, los 27 gobiernos están representados en el Consejo Europeo, el cual ya tiene una posición común y será liderado por la presidencia eslovena. La Comisión Europea ejercerá de árbitro, mientras que los legisladores venimos del Parlamento. En este caso yo seré el representante. Esperamos que en dos o tres meses podamos tener un acuerdo con una propuesta final de reforma de la Agencia Europea del Medicamento.

El eurodiputado socialista Nicolás González Casares. (Foto. Flickr Socialistas Parlamento Europeo)

¿Confía, entonces, en que las negociaciones vayan por buen camino?

La intención de todas las partes es llegar a un acuerdo. La presidencia eslovena querrá que este primer paquete legislativo de la Unión Europea de la Salud salga en su mandato. Yo veo posible que el acuerdo llegue en estos meses que quedan hasta final de año, aunque depende de la voluntad negociadora de las partes. La nuestra es buena. Esperemos que se respete en buena medida nuestra posición. No parece que vaya a haber mayores problemas salvo dos o tres cuestiones que van a necesitar una negociación importante.

¿Cuáles serían esos puntos más conflictivos?

Uno tiene que ver con la base de datos para el control de los desabastecimientos de medicamentos. La que he propuesto es muy ambiciosa y veremos si el Consejo coincide en esta ambición. También hay cuestiones relacionadas con la transparencia con la que se deben manejar los grupos de trabajo que se crean en la EMA en situaciones de crisis. Es importante saber qué nota toman los Estados de esas decisiones, si las llevan a cabo o no. Nosotros decimos que deben dar información y lleven a cabo acciones, aunque parece que los Estados están un poco reticentes. Además, hay que incidir en las definiciones.

Sí parece que hay consenso en la necesidad de acometer cambios tras las lecciones aprendidas con la pandemia. Los puntos que ha mencionado, ¿han sido los más débiles?

Hemos visto algunos problemas más en lo referido a la adopción de medidas ante una crisis como esta. Pero este reglamento tenía un enfoque bien determinado, no solo para situaciones de emergencia. Entonces, ahí hemos ido. Pero había cuestiones que no estaban bien definidas, como qué era un desabastecimiento o una urgencia farmacéutica. Esto es importante porque con esas definiciones se disparan los mecanismos de emergencia.

“Nadie quiere perder su capacidad de decisión, pero revisar el mandato de la EMA no es una cuestión de invadir competencias, sino de complementarse y coordinarse”

Se ha aprendido bastante y hay conocimiento acumulado. Sí que hay una gran coincidencia de que debemos reforzar los procedimientos. Además, hay partes de la propuesta del Consejo que me parecen muy interesantes, como fijar diferentes niveles de priorización tanto de los medicamentos en una situación de emergencia como de los productos sanitarios. En todo ello estamos trabajando.

Ante una pandemia como esta, todas las instituciones han actuado como buenamente han podido. Pero, ¿cree que la respuesta de la EMA ha sido positiva?

Creo que ha sido muy positiva. Tener una agencia europea que se ha ocupado de dar respuesta y asesoramiento científico en situaciones de gran complicación; tener vacunas autorizadas en un corto periodo de tiempo; la revisión de la eficacia, etc., son elementos que muestran que tener un buen organismo es una necesidad y reforzarla, una garantía para la ciudadanía. Hemos trabajado en esa dirección. Pero también es cierto que hemos visto algunos puntos débiles: cómo se manejaba esa información, la transparencia, cómo se tomaban las decisiones, etc. Eso es lo que queremos reforzar. La EMA va a salir respaldada y debemos considerar que es un cuerpo muy importante para el mantenimiento de una Unión Europea de la Salud que alcance a todos.

Nicolás González, diputado europeo del PSOE en la Comisión de Salud Pública (Foto. S&D)

Sabiendo que los Estados miembros tendrán un papel importante en esa negociación, ¿hasta dónde se debe intervenir a nivel europeo para no caer en la invasión de competencias?

La revisión del mandato de la EMA no busca invadir las competencias sanitarias. De hecho, lo que busca es mejorar la coordinación de los Estados miembros, de las autoridades nacionales y de la propia EMA. Es una cuestión de complementarse y coordinarse. Ese es el espíritu. Pero no debemos olvidar que tener una gran agencia europea es una garantía para los Estados miembros o para los Gobiernos.

“La Comisión Europea debe hacer un esfuerzo llamando la atención a los países con menor porcentaje de vacunación. Podemos sacar pecho de cómo se ha desarrollado en España y compartir la experiencia con otros países”

Hay que pensar que no todos los países tienen la misma capacidad, como pueden tener Alemania, Francia, Italia o España, que por tamaño pueden dotarse de instituciones con altas capacidades científicas y suficiente personal. Por ello, tener un cuerpo europeo bien reforzado va a ayudarnos a todos. Es cierto que nadie quiere perder su capacidad de decisión, pero esta UE de la Salud va de coordinarnos mejor y ayudarnos en la planificación sanitaria, la prevención y de responder de forma común cuando hay amenazas que van más allá de las fronteras de un solo país.

También se quiere revisar las capacidades del Centro Europeo para la Prevención de Enfermedades (ECDC). ¿Cómo debe coordinarse con la EMA?

El ECDC tenía otros problemas que quizá no tenga la EMA, como es el déficit de presupuesto y de medios humanos. Estaba bastante precario y se está trabajando en otro reglamento. En la propuesta de reforma de la EMA llamamos la atención sobre ello. Decimos que cuando haya grandes desabastecimientos o una situación de urgencia sanitaria que afecte de forma transfronteriza, debemos ponernos de acuerdo para compartir información y asesoramiento para los Estados miembros, para los distintos servicios de salud, los profesionales y las empresas interesadas.

Con respecto a la campaña de vacunación, la UE va muy avanzada pero hay importantes diferencias entre países. Con un reparto que ha sido equitativo, ¿a qué cree que se debe?

Hay que decir que se está demostrando que la Estrategia Europea de Vacunación ha sido un éxito: comprar vacunas de manera coordinada, evaluada, de manera común y que llegue proporcionalmente a cada país, dándole a los ciudadanos las mismas oportunidades independientemente de donde vivan. En el caso de España, el éxito es aún mayor. Superamos a la mayoría y no hay ningún país de nuestro tamaño con esos porcentajes. Además, el porcentaje de primeras dosis nos da la idea de que nuestra vacunación va a rondar el 80%, algo muy difícil de conseguir.

“Si ahora en Europa nos pusiéramos a revacunar a todos los europeos, aumentaríamos muchísimo la demanda de vacunas existentes y no habría posibilidad de que otros países las recibieran”

Dicho esto, sí que vemos diferencias en la confianza de la ciudadanía, lo que se refleja en que algunos países tengan porcentajes bajos de vacunación aunque hayan recibido vacunas proporcionales a la población. Eso nos preocupa por la movilidad que tenemos en la UE de los 27. Vemos que en algunos países del este hay reticencias a la vacunación. Lo que conviene ahora es llevar a cabo estrategias en esos países, en coordinación con la Comisión Europea, para aumentar la vacunación. El potencial de mejora en España ya no es muy elevado, en países como Alemania, Francia e Italia queda margen, y hacia el este, países como Bulgaria o Rumanía tienen porcentajes más bajos. La Comisión debe hacer un esfuerzo llamando la atención a esos países.

¿Hace alguna propuesta para esos países?

Podemos compartir experiencias. Si algo ha demostrado el éxito de la vacunación española es que ir completando las edades en función de los riesgos, ha sido un gran éxito. Los ratios de cobertura en los grupos de mayor edad son espectaculares. Esto se debe a la confianza en nuestro Sistema Nacional de Salud, a una tradición de campañas de vacunación y en las autoridades sanitarias y los servicios de salud más próximos. La Atención Primaria ha sabido manejar muy bien la información y, sobre todo, acercar la posibilidad de vacunarse al ciudadano. De esto podemos sacar pecho y podemos compartirlo con otros países. Además, en España la vacunación no es obligatoria. Es una lección de que la pedagogía funciona mejor que el castigo.

El eurodiputado del PSOE en la Comisión de Salud Pública, Nicolás González Casares (Foto. S&D)

Ha propuesto a la Comisión Europea que se intensifique la donación a otros países en un momento en el que se debate la posibilidad de aplicar una tercera dosis. Por ahora la EMA no la recomienda para la población general.

Durante mucho tiempo tuvimos un déficit de producción industrial de vacunas. Luego tuvimos una gran expansión de marzo a mayo con una multiplicación de los lugares de producción, convirtiéndonos en la fábrica de vacunas del mundo. Lo que veo es que si ahora en Europa nos pusiéramos a revacunar a todos los europeos que ya han recibido vacuna, aumentaríamos muchísimo la demanda de vacunas existentes y no habría posibilidad de que otros países las recibieran. Ahí coincido con la EMA en que habrá que seleccionar muy bien qué pacientes van a necesitar de verdad una tercera dosis.

"La relación de trabajo y coordinación con Dolors Montserrat puede ser bastante fructífera. Puede haber posiciones políticas diferentes, pero prevalece ese interés general"

Hay que buscar el equilibrio, de la necesidad de continuar la inmunización en aquellas personas que vayan a tener un beneficio de la misma, y de que otros países aumenten su ratio de vacunación. Primero, por solidaridad, y segundo, por un interés propio. Cuando el virus circula salvajemente, aumenta las posibilidades de que aparezcan mutaciones que no sean bien contenidas por las vacunas actuales.

En concreto, propone que se cedan las vacunas de Astrazeneca y Janssen. ¿Es así?

Lo que he planteado es que, como hubo retrasos en las entregas, especialmente por parte de Astrazeneca y Janssen, si no nos hacen falta cuando lleguen pues las derivamos. Además, hay más contratos y suministros que si los vamos ejecutando pueden dar más opciones para donar o exportar a otros países. No entro en otro plano que no sea el de estudiar dónde están los riesgos y los beneficios. No es la hora de tomar decisiones precipitadas pero debemos ir pensando cómo se administran las vacunas y la posibilidad de que otros países se beneficien de nuestras decisiones.

¿Qué relación mantiene con Dolors Montserrat, la portavoz de Sanidad del PP en el Parlamento Europeo?

La relación es bastante cordial. Coincidimos en diferentes comités y en cuestiones relacionadas con el cáncer. Diría que tenemos una relación fluida en asuntos de salud que interesan de manera clara a la ciudadanía. Es cierto que puede haber posiciones políticas diferentes, pero prevalece ese interés general. Es más, diría que la relación de trabajo y coordinación con Dolors Montserrat puede ser bastante fructífera.

Le pregunto porque a nivel nacional son más evidentes las diferencias entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, mostrando la poca probabilidad de llegar a acuerdos. ¿Ocurre igual a nivel europeo?

En términos sanitarios, es cierto que ha habido diferencias pero aquí no ha han sido muy grandes. Creo que tiene que ver con esa parte nacional del PP que incluso negaba que la campaña de vacunación iba a ser exitosa, algo que no ha sido cierto. Decían que no llegaban vacunas y estas han llegado y se está vacunando ya a jóvenes de 12 años. Lo que creo es que debemos respetarnos en las instituciones. El éxito de la campaña ha sido de todos: de la Unión Europea, del Gobierno de España, de las comunidades autónomas y los servicios de salud a la hora de administrarlas. Debemos felicitarnos todos y defender cómo la sanidad pública ha funcionado.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído