El sindicato denuncia un trato empresarial “diferente” entre los distintos servicios médicos, en función de su rentabilidad
Los tres partidos, “constituyen la mayoría de la Asamblea de Madrid y tienen capacidad política para enderezar los desmanes del Gobierno de Cristina Cifuentes, que, en el caso de los facultativos del Hospital de Torrejón, consiste en no poner coto a los abusos laborales de la multinacional Bupa Sanitas concesionaria de la gestión”, indican los médicos.Después de pedir una reunión con Jesús Sánchez Martos, aseguran, para tratar problemas como la sobrecarga laboral de los profesionales, el control y vigilancia de la gestión de recursos humanos del centro o la repercusión del modelo empresarial actual sobre el trabajo del médico, el Comité Ejecutivo de Amyts, ha acordado solicitar el amparo a los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid, “para que en función de la aritmética de su mayoría en la Cámara rectifiquen la dejadez en este asunto del Gobierno de Cristina Cifuentes en la manera que estimen oportuna”.
El sindicato ya denunció públicamente que en los tres últimos años se han producido 43 despidos y sanciones graves en el Hospital de Torrejón, de los cuales, 10 correspondieron a facultativos. En estos 10 casos que afectaron a los facultativos, Sanitas como accionista mayoritario y gestor principal del hospital, “aceptó la improcedencia de los despidos, incluso en los que previamente había abierto expediente contradictorio”. Si bien, posteriormente el centro ha emitido un comunicado aclarando los datos y las condiciones de los despidos.
Existe, por otra parte, un trato empresarial “diferente” entre los distintos servicios médicos, en función de su rentabilidad, es decir, de su capacidad de captar pacientes, según explica el comunicado. “Sólo crecen aquellos con proyección económica. Otros se mantienen por la obligación que establecen los pliegos de condiciones de la concesión administrativa, pero con la mínima inversión posible”.
Los facultativos consideran que la situación “ha llegado a un punto insostenible para los profesionales, que perciben una gran inseguridad laboral, que se suma a la gran presión asistencial que soportan. Todo ello tiene como consecuencia un pésimo ambiente laboral de desencanto, insatisfacción y amenaza por el despido arbitrario”.
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