Dr. Bañares (AEEH): “Alcohol y grasa anticipan un incremento de las enfermedades hepáticas”

ConSalud.es entrevista al nuevo presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), Rafael Bañares, quien apunta el reto de ascender a la primera división de la salud pública

Rafael Bañares, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (Fuente Comunidad de Madrid)
Rafael Bañares, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (Fuente Comunidad de Madrid)
Diego Domingo
15 marzo 2025 | 11:00 h
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El nuevo presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), Rafael Bañares, asume su cargo con un objetivo claro: situar las enfermedades hepáticas en el primer plano de la atención sanitaria y social, equiparándolas en relevancia a las enfermedades cardiovasculares o las enfermedades oncológicas, ya que sostiene: “Tienen un perfil similar en cuanto a prevalencia y gravedad”. Para que estas patologías reciban la atención que merecen, apunta como necesaria una estrategia integral que combine sensibilización, prevención, investigación y colaboración institucional.

En una entrevista concedida a ConSalud.es, el Dr. Bañares cree necesario que las enfermedades hepáticas asciendan a la primera línea de la salud: “Ahora estamos en una segunda división en lo que respecta a la consideración social de nuestras enfermedades y creo que esta situación tiene que revertirse”, afirma Bañares. A pesar de su alta prevalencia y proyección de crecimiento, las patologías hepáticas siguen marcadas por el estigma social y la falta de concienciación, lo que repercute directamente en el diagnóstico tardío y en peores pronósticos para los pacientes. “Las enfermedades hepáticas crónicas son enfermedades que se producen lentamente y de manera sintomática y esto las hace difíciles de detectar en fases precoces”, lamenta. 

“Nadie se avergüenza de tener una enfermedad coronaria, pero muchas personas ocultan su enfermedad hepática”

Para cambiar esta percepción, es esencial explicar a la sociedad la naturaleza de estas enfermedades y erradicar los prejuicios asociados. “Tradicionalmente, las enfermedades hepáticas se han asociado a conductas sociales inapropiadas, como la hepatitis o hábitos como el consumo excesivo de alcohol”, señala Bañares. Esta visión simplista y culpabilizadora genera barreras para que los pacientes busquen ayuda, perpetuando el infradiagnóstico. “Nadie se avergüenza de tener una enfermedad coronaria, pero muchas personas ocultan su enfermedad hepática”, añade, subrayando la necesidad de una transformación cultural que normalice estas patologías como cualquier otra condición médica.

NUEVOS ESCENARIOS EPIDEMIOLÓGICOS

En la última década, la hepatitis C ha dejado de ser la principal causa de enfermedad hepática en España, gracias a los avances en tratamientos antivirales altamente eficaces. Sin embargo, dos grandes amenazas emergen con fuerza: la enfermedad hepática de grasa metabólica y el incremento del consumo de alcohol, especialmente en poblaciones jóvenes. “Estas dos cuestiones, alcohol y grasa, y su impacto en enfermedades jóvenes, hacen anticipar una progresión, un incremento en el número de casos de enfermedad hepática avanzada en los próximos años”, vaticina Bañares. De hecho, se estima que cerca del 30% de la población puede tener alguna forma de hígado graso, muchas veces sin saberlo, ya que la patología progresa de manera silenciosa durante años.

El consumo de alcohol, por otro lado, se ha “naturalizado socialmente”, lo que agrava el problema. “El alcohol sigue siendo un agente hepatotóxico conocido desde hace siglos, pero su aceptación cultural hace que su impacto en la salud hepática se subestime”, explica Bañares, alertando sobre el aumento de casos de cirrosis y otras complicaciones hepáticas graves en personas cada vez más jóvenes.

“La aceptación cultural del alcohol hace que su impacto en la salud hepática se subestime”

La clave para frenar esta tendencia creciente reside en la prevención. “Todas las enfermedades tienen en la prevención su eje fundamental”, afirma Bañares. En el caso de la enfermedad de grasa metabólica, aunque no existe una vacuna farmacológica, sí se puede actuar mediante una “vacunación social” basada en dos pilares: fomentar el ejercicio físico y promover una alimentación saludable desde edades tempranas.

“La dieta de buena calidad nutricional es mucho más cara que la dieta de mala calidad, y esto es una cuestión de importancia capital”, recalca Bañares, subrayando la necesidad de políticas públicas que faciliten el acceso a alimentos saludables y programas educativos que inculquen hábitos positivos desde la escuela.

PLAN NACIONAL DE SALUD HEPÁTICA 2032

Conscientes de la magnitud del desafío, la AEEH ha impulsado el Plan Nacional de Salud Hepática 2032, una estrategia ambiciosa que aborda la prevención, la investigación y la colaboración de todos los agentes implicados: profesionales sanitarios, pacientes, sociedades científicas y decisores sociales. “El plan está diseñado para abarcar todos los sectores de la población y de la sociedad interesados, incorporando elementos estratégicos muy relevantes como la prevención y la investigación”, explica Bañares. La idea es no solo reducir la incidencia de enfermedades hepáticas, sino también mejorar los tratamientos existentes y acelerar la llegada de nuevas terapias.

La investigación hepática en España es muy relevante, y los avances recientes están abriendo nuevas esperanzas para los pacientes. “España es un país de polo de conocimiento en el ámbito de las enfermedades hepáticas muy importante. Absolutamente competitivo con otros grandes países del mundo”, sostiene el presidente de la AEEH.

“El estigma es un elemento muy importante: se trata de no culpabilizar a los pacientes de la causa de su enfermedad”

“Los antivirales revolucionaron el tratamiento de la hepatitis C, pero ahora estamos viendo avances importantes en otras áreas”, señala Bañares. En el caso de la enfermedad hepática de grasa metabólica, disponemos de algunos fármacos, recientemente aprobados por las agencias reguladoras, que están mostrando resultados prometedores, reduciendo la acumulación de grasa en el hígado y disminuyendo la inflamación. 

Para mejorar el diagnóstico precoz y erradicar el estigma, es esencial la colaboración entre atención primaria, especializada y otros profesionales, como nutricionistas o expertos en actividad física. “Se trata de no culpabilizar a los pacientes de la causa de su enfermedad. Nunca son culpables de sus enfermedades”, concluye Bañares, insistiendo en que la salud hepática debe abordarse con empatía y sin juicios morales.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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