Este estudio está recogido en el primer Libro Blanco de Recursos y Necesidades Asistenciales en Patología Dual, presentado y promovido por la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) y la Fundación de Patología Dual, con la colaboración de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, el Fondo de Bienes Decomisados por Tráfico Ilícito de Drogas y otros Delitos Relacionados, los Planes Autonómicos de Drogas encarnados por los Comisionados de Drogas de cada Comunidad Autónoma, y profesionales de toda España que han aportado su visión desde las redes de tratamiento de estos pacientes.
“Existen en general dos redes asistenciales para un único enfermo, que sufre de conductas adictivas y otros trastornos mentales, y que tiene dificultades para encontrar la puerta acertada. Esto ha dado lugar al llamado síndrome de la puerta equivocada”, explica el presidente de la SEPD, Nestor Szerman. Además, añade este especialista, “la razón de esta disociación es histórica, en la creencia de un origen social de estos trastornos, sin los conocimientos actuales que aportan las neurociencias y que indican factores y sustratos cerebrales comunes para ambas manifestaciones de la enfermedad mental. Al tener dos sistemas con diferentes filosofías, estas redes trabajan de forma totalmente separada, por lo que es imprescindible la integración funcional de todas las redes sanitarias públicas que tratan al enfermo mental (esto incluye las específicas de Salud Mental y los dispositivos asistenciales específicos a pacientes con trastornos por consumo de sustancias cuando se encuentren disociados)”. En el momento actual las comunidades donde existe una integración funcional de ambas redes asistenciales son Asturias, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja, Murcia, Navarra y País Vasco.
Por su parte, el vicepresidente de la SEPD, Pablo Vega, piensa que “el principal objetivo de la coordinación intrasectorial, intersectorial e interinstitucional en salud mental debe ser mantener la continuidad asistencial, aumentar la consistencia de las actuaciones y mensajes, y lograr que el sistema funcione de forma eficiente. Esta integración debe hacerse incluyendo la denominación y el concepto de Patología Dual porque, actualmente, y en general, se puede afirmar que la cultura de coordinación y cooperación entre los servicios de salud mental y los dispositivos asistenciales específicos a pacientes con trastornos por consumo de sustancias está insuficientemente desarrollada”.
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