La facultativa asegura haber recibido respuestas de hasta 840 profesionales, de los cuales la gran mayoría se sienten identificados con el relato del día a día en la Atención Primaria
En su escrito, la profesional recuerda que, al comenzar su jornada ordinaria, tiene una agenda completa con 10 minutos disponibles por paciente. Sólo una hora y media después, sin embargo, ya ha tenido que atender tres consultas urgentes extraordinarias, dos de ellas procedentes del cupo de pacientes de alguno de los tres compañeros que faltan en el centro y que no han sido sustituidos. “Cuando llevaba un retraso de 45 minutos, me apuntan otra cita extra para ajuste de una pauta de sintrom de un paciente pluripatológico también desconocido para mí, por ser también de otro cupo médico y que está fuera de rango normal. Esto, aunque parezca sencillo para el que no lo maneja, con frecuencia supone repasar la historia para actuar en consecuencia”, continua Idarreta quien, en declaraciones a Consalud.es, señala que su escrito ha recibido más de 840 apoyos en pocas horas yque el 99.6% de quienes han contestado a su carta comparten el relato.
Junto a otras desavenencias, la profesional también denuncia los trámites burocráticos que sufren los facultativos en su día a día. En este caso concreto, “me ha tocado hacer un informe para una profesora que precisa justificar la dependencia de su madre para poder ayudarle y paliar así sus limitaciones, o el papeleo a mano y por triplicado para alargar una baja laboral de Muface”, señala. Como indica a este periódico, Ina Idarreta ha decidido hacer pública lasituación de la Atención Primaria “para que llegue a quien tiene que llegar y quiera coger el guante".
Y es que, a la sobrecarga de la agenda asistencial y los trámites burocráticos a realizar, la facultativa añade un nuevo inconveniente a su día a día: las horas extra, puesto que, a las 14:30 horas (media hora antes de la finalización de su jornada laboral), recibe la llamada para un aviso domiciliario, el tercero del día. “Se trata de una paciente de 92 años con un deterioro progresivo hace unos dos meses. Al verla creo que ha llegado a la fase final de su vida. Plantear la terminalidad a la familia y atenderla a domicilio con la calidad que se merece, no siempre es fácil y desde luego requiere tiempo y destreza”, explica.
TRABAJO A CASA
Tras la finalización de su jornada, la profesional lamenta que tenga que llevarse trabajo a casa, porque “no he podido sacar tiempo para estudiar el caso de una persona con una consulta compleja que me ha planteado muchas dudas y a la que quiero dar una respuesta”, así como tampoco ha podido leer la evaluación que ha hecho un compañero “sobre un estudio de investigación en el que estoy participando. También lo he traído a casa”.
A raíz de los apoyos recibidos por su escrito, Idarreta reivindica que las administraciones y los propios profesionales deberían reflexionar sobre la actual situación de la Atención Primaria, ámbito que “merece una verdadera apuestaporque es la que puede contribuir de forma importante a la sostenibilidad del sistema público de salud”, concluye.