Fue acordado en los pactos de 2013 entre el Ministerio de Sanidad y los representantes de médicos y profesionales de la Enfermería e incluso ha llegado a haber un texto de consenso que superó casi todos los trámites. Sin embargo, actualmente el llamado Real Decreto de Gestión Clínica ha caído totalmente en el olvido, aunque sigue siendo una de las reivindicaciones constantes del Foro de la Profesión Médica (FPME).
El texto del Real Decreto, que se acordó de forma casi definitiva en 2015 y que incluso salió a consulta pública, fue sin embargo paralizado por el Consejo de Estado, que en julio de 2016 emitió un dictamen, estando el Gobierno en situación de interinidad, en el que concluía que, dada la “enorme trascendencia” del proyecto, debía gestionarse como un proyecto de ley, y no como un Real Decreto, “y acaso con mayor contenido del que se recoge en el proyecto reglamentario”, señalaba el dictamen.
El Consejo de Estado dictaminó en 2016 que, dada la “enorme trascendencia” del proyecto, debía gestionarse como un proyecto de ley, y no como un Real Decreto, “y acaso con mayor contenido del que se recoge en el proyecto reglamentario”
Desde entonces, el asunto no ha sido llevado al Consejo Interterritorial de Sanidad ni los partidos políticos han realizado propuestas parlamentarias para tramitar el proyecto con rango de ley. Una normativa que en origen pretendía mantener al paciente como eje fundamental del sistema sanitario, a través de un modelo que permite que el profesional tenga una mayor implicación en la gestión, lo que provocaría una mejora de los resultados, según sus impulsores.
A preguntas realizadas por Consalud.es, el Ministerio de Sanidad no ha ofrecido respuesta sobre si está llevando a cabo algún tipo de iniciativa para retomar el proyecto de gestión clínica. Si bien, el Gobierno detallaba en una respuesta parlamentaria que, entre “las cuestiones que se están abordando de forma global para todas las profesiones sanitarias afectadas”, se encontraba la gestión clínica.
Por parte de los profesionales, además, las principales reivindicaciones actuales se han enfocado más hacia la precariedad y la escasez de facultativos y de profesionales de la Enfermería en el Sistema Nacional de Salud que en la recuperación del proyecto de unidades de gestión clínica.