Las enfermeras españolas en Reino Unido: “Trabajar allí parece mejor de lo que es”

Entre octubre de 2016 y el mismo mes de 2017 solicitaron su incorporación al registro de Enfermería del Reino Unido solo 104 personas, un 95% menos que en el periodo anterior.

Solo 104 profesionales solicitaron su incorporación a Enfermería de Reino Unido en 2017
Solo 104 profesionales solicitaron su incorporación a Enfermería de Reino Unido en 2017
BEATRIZ LAPUENTE
1 julio 2018 | 00:00 h

Muchos son los profesionales sanitarios españoles que en los últimos años se han lanzado al extranjero a trabajar en un país y cultura distinta, principalmente por la falta de empleo fijo y estabilidad en el sistema sanitario público. En concreto, los enfermeros y enfermeras españoles han sido siempre muy demandados en países como Reino Unido, que se ha llevado la mayor parte de las migraciones. Y no es para menos. El sistema sanitario anglosajón proporciona muchas oportunidades de crecimiento profesional, buenos salarios y un contrato indefinido antes de poner un pie en suelo británico.

Aun así, “parece mejor de lo que es”, ha afirmado a Consalud Yolanda Roldán, una enfermera madrileña de 25 años que volvió de Inglaterra en 2016 después de un año y medio viviendo en Guilford, una ciudad de unos 140.000 habitantes situada a treinta minutos de Londres. 

Este tipo de comentarios llevan al “boca a boca” y puede suponer una de las razones por las que la afluencia de enfermeros españoles en el país anglosajón mengua con los años, hasta el punto en el que esta migración disminuyó un 95% en 2017.

Concretamente, entre octubre de 2016 y el mismo mes del año pasado, solamente 104 profesionales solicitaron su incorporación al registro de Enfermería de dicho país, según un informe del Consejo de Enfermeras y Matronas de Reino Unido. Esta cifra supone una caída en picado en comparación con el periodo comprendido entre 2012 y 2016, cuando la media era de 1.966 solicitudes al año.

Solo 104 enfermeros solicitaron trabajo en Reino Unido en 2017 en comparación con los casi 2.000 del año anterior

Los datos son muy representativos para analizar la coyuntura actual, pero hay más de una explicación y la principal es la subida del nivel de inglés para acceder a trabajar en el país, a lo que se suma la inestabilidad que transmite la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Antes, el requisito del idioma pasaba por saber desenvolverse con facilidad en inglés sin necesidad de contar con un certificado, pero a partir de enero de 2016, se incorporó el requisito indispensable de disponer de un C1 o Advanced acreditado. Con respecto al Brexit, Roldán ha apuntado que “afectó pero no tanto”. “Yo lo viví entero. Los ingleses cambiaron un poco y te veían con más superioridad, pero yo creo que la gente no se se vuelve a España por esa razón”, ha dicho.

La enfermera ha destacado que una vez allá "se valora más lo de aquí". "Te das cuenta del sistema sanitario público que tenemos en España. En este país todo el personal está muy preparado, tanto médicos como enfermeros y celadores”.  En este sentido, ha calificado negativamente el extremo protocolo por el que se rige el sistema británico, el cual muchas veces provoca el agravamiento de la situación de los pacientes, una de las razones por las que esta enfermera regresó. “No tienes independencia, me sentía como con las manos atadas. Llegas pensando que vas a hacer lo mismo que haces aquí y en realidad no es así”, ha apuntado.

El sistema sanitario británico está muy protocolizado: "No tienes independencia, me sentía como con las manos atadas"

“Cuando llegas ahí no empiezas como enfermera, sino como auxiliar. De primeras no puedes dar medicación oral, ni intravenosa, tienes que ir haciendo exámenes para cualquier cosa, algo que para las enfermeras locales está muy bien porque en la carrera no han hecho prácticas, pero para nosotras es como ir hacia atrás”, ha explicado Roldán.

Esta situación es consecuencia del rol de superioridad que adquieren los médicos, según la joven, que también destaca la incapacidad “de decidir por sí mismos”. “En España ocurre algo y se actúa muy rápido, las enfermeras tenemos capacidad de reaccionar sin preguntar. Allí todo tiene que seguir unas normas marcadas por el protocolo y por el médico, aunque el paciente esté en riesgo de morir”.

Roldán ha reconocido que aun así se avanza de categoría profesional muy rápido y que en un año se puede estar “haciendo de todo”, aunque nunca se llega a ser independiente. “Si cambias el chip, te adaptas al sistema y a la forma de trabajar y luchas mucho por hacer las cosas bien asciendes muy rápido. Conozco a gente que en tres años ha llegado a supervisora de planta, cosa que aquí sería inviable”, ha apuntado.

A nivel de aprendizaje, la enfermera ha incidido en que España es la mejor escuela, pero que merece la pena la experiencia, el aprender el idioma y el tratar con pacientes de una cultura tan distinta a la española con otro sistema sanitario.

HORARIOS Y JORNADAS

Con respecto a las condiciones laborales, Roldán ha afirmado que el sueldo "es bueno" y que mucha gente se vuelve a España habiendo ahorrado mucho dinero, aunque depende bastante de la ciudad en la que se viva. Un enfermero en España contratado a largo plazo (algo muy difícil a día de hoy) cobra unos 1.400 euros netos mensuales (con guardias y extras se puede llegar a los 1.800-2.000). En Reino Unido, solo el sueldo mensual fijo asciende hasta las 1.800 libras netas (unos 2.028 euros).

La jornada laboral en el país anglosajón es de 12 horas pero solo se trabaja tres días a la semana, mientras en España lo máximo es 8 horas, sin contar extras ni el doblaje de turnos.

“El horario de allá, aunque sea más cansado, me parece fenomenal porque trabajas del tirón y luego tienes cuatro días libres y la oportunidad de hacer muchos viajes”, ha señalado Roldán, tras apuntar que las enfermeras en Reino Unido tienen la posibilidad de trabajar voluntariamente más días y recibir 150 dólares por noche extra, “con lo que se te queda muy buen sueldo a final de mes”.

Bld

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