Las enfermeras y enfermeros están demostrando una vez más el papel crucial que juegan dentro del Sistema Nacional de Salud, en esta ocasión a través de la administración de las vacunas de la Covid-19, aunque a lo largo de la pandemia han sido parte fundamental para la asistencia sanitaria de todos los pacientes en un momento de alta tensión hospitalaria.
ConSalud.es, ha entrevistado a Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE) para saber cómo están viviendo el proceso de vacunación frente a la Covid-19 en España.
¿Cómo están viviendo las enfermeras este proceso de vacunación contra la Covid-19?
Por una parte, se trata de un momento histórico, contar con armas para intentar revertir una situación que se ha cobrado ya más de dos millones de víctimas mortales en todo el mundo y que ha paralizado nuestras vidas, la economía, el mundo tal y como lo conocíamos. Se vive con esperanza y con muchas ganas de contribuir -aún más- desde la primera línea a que el COVID-19 pase a la historia o, al menos, sea una infección controlada y leve. Las enfermeras están volcadas para que este proceso sea un éxito.
Puesto que la Enfermería es responsable de administración de cualquier vacuna. ¿Les hubiese gustado liderar la planificación de esta campaña de vacunación?
Una vez más queda claro que los responsables políticos no siempre recurren a expertos en la materia para afrontar cuestiones de salud. Los problemas logísticos y de gestión de esta campaña de vacunación masiva se hubieran atenuado si al frente del proceso se sitúan profesionales sanitarios con experiencia en gestión y las enfermeras tenemos un gran bagaje en materia de vacunación, no somos sólo máquinas para administrar una vacuna de forma mecánica.
Debe quedar claro que en esta pandemia ha influido muy negativamente el hecho de dar la espalda a los profesionales sanitarios y hacer un enfoque meramente político en algunos tramos de esta, y eso va por el Ejecutivo central y las Autonomías. El ejemplo es claro las CCAA que han apostado por una buena planificación y gestión de la estrategia de vacunación contando con las enfermeras y enfermeros, son las que mejor porcentaje de administración de vacunas tienen a nivel nacional, y las que no lo han hecho están a la cola.
¿Cuáles son las propuestas que plantean para agilizar este proceso?
La clave es establecer una buena logística de distribución desde los almacenes centrales donde se guardan las vacunas a los diferentes centros asistenciales donde se va a realizar la administración de la vacuna.
Por otro lado, contar con una buena planificación de los recursos humanos, número suficiente de enfermeras para realizar la administración y profesionales de apoyo para realizar los registros de cada ciudadano vacunado y, por último, tener previamente definidos los listados de la población priorizada a vacunar, citarlos con tiempo, tener los listados con el número de personas ajustado a los diferentes puestos de vacunación, esto permite un circuito muy fluido y rápido a la hora de administrar las dosis de vacunas.
En un balance general… ¿Cómo han vivido la pandemia?
Las enfermeras de toda España, las veteranas, las que tenían menos experiencia, independientemente de que trabajaran en la Atención Primaria, en hospitalaria, en centros socionanitarios… Todas ellas se han enfrentado a una emergencia sanitaria de tal magnitud que resultaba imposible estar preparado, ni cabía siquiera en su imaginación.
Los primeros meses fueron dolorosos, luchar en una batalla a la que acudes desarmado ante la falta de equipos de protección, mascarillas, trajes, gafas o guantes… Hubo contagios masivos, pero las enfermeras siguieron luchando por salvar cada vida, por cada paciente ingresado en hospitalización y en las UCIs saturadas.
Luego han ido pasando los meses con desigual incidencia y tantos meses de trabajo en la primera línea pasan factura desde el punto de vista físico y mental. Se está notando, profesionales agotados viendo cómo aumentan los contagios de nuevo y volvemos a una altísima presión asistencial.
¿Qué valoración hacen del actual ministro?
Aunque se trata de un hombre sereno y cabal, el hecho de no ser un experto en Sanidad ha sido un grave problema en la gestión de la pandemia, dejando claro que este puesto debe ser para un profesional sanitario con experiencia. Su mayor error ha sido no dejarse asesorar por verdaderos expertos en la gestión de esta crisis y convertirla en una batalla política. Illa no siempre ha dado muestras de capacidad para gestionar adecuadamente una cuestión sanitaria tan grave. La coordinación ha estado regida por intereses políticos y no con criterios profesionales.
¿Qué le piden a su sucesor o sucesora?
Lo fundamental es que cuente con los conocimientos y experiencia suficiente, que se apoye en los profesionales sanitarios expertos y que los criterios objetivos y científicos presidan cada acción.