La preparación del examen FIR, como el resto de pruebas de formación sanitaria especializada, exigen una gran dedicación por parte de los alumnos. Lo ideal es dedicarse exclusivamente al estudio aunque a veces, sobre todo en el caso de los farmacéuticos, esta labor se compatibiliza con el trabajo en una farmacia comunitaria o en un laboratorio.
En estos casos, ¿cómo compatibilizar la jornada laboral con la preparación del FIR? “Es vital no perder de vista cuál es nuestro objetivo principal y ser sinceros con nosotros mismos porque se trata de una etapa de gran exigencia”, explica a ConSalud Isabel García, directora de la academia AFIR.
En su opinión, la primera toma contacto que va desde marzo hasta junio es más fácil de compaginar con el trabajo o incluso con el grado de Farmacia en el caso de los alumnos que están en el último año de la carrera. “A partir de julio comienza lo que llamamos la fase de consolidación que exige una dedicación de 8 a 10 horas diarias”, subraya.
Para la preparación de FIR es fundamental que el candidato sea sincero consigo mismo y no olvide cuál es su objetivo final
Entonces, ¿cómo adaptar las fases de la preparación del FIR a la jornada laboral en una farmacia comunitaria o en un laboratorio? Al respecto, García destaca la figura del tutor porque permite adaptar el estudio a las necesidades personales de cada alumno porque, además, advierte que no es lo mismo el aspirante que se presenta por primera vez o aquel que es repetidor.
Por otra parte, la directora de AFIR recuerda que no existe una material oficial sino oficiosa que incluye todo el contenido visto durante el grado de Farmacia, por tanto, aconseja un estudio a largo plazo. En este punto, los candidatos con experiencia laboral pueden tener cierta ventaja: “Todo conocimiento previo supone un gran valor”, indica.
En términos generales, los aspirantes al FIR al igual que le resto de opositores, deben priorizar a la hora de estudiar en función de las pautas facilitadas por las academias, basar su preparación tanto en afianzar conceptos como en la realización de simulacros y aprovechar todos los materiales disponibles en las plataformas digitales.
“Los simulacros permiten al alumno a dominar la técnica de examen, gestionar la duda y aprender a reflejar sus conocimientos, aunque de poco sirve hacerlos si no se corrigen y analiza la evolución del opositor”, comenta.
FIR: LOS ERRORES MÁS COMUNES
Con respecto a la preparación del examen FIR, García señala que el hecho de hacer simulacros sin corregirlos por falta de tiempo es uno de los errores más comunes.
En este sentido, la directora de AFIR apunta que muchos aspirantes no saben cómo subrayar los materiales ni sintetizar cuáles son las ideas más importantes. “También es importante que no se queden con dudas y presenten ya sea en clase o través de los foros que habilitamos en la academia”, puntualiza.
Por último, otros errores comunes a la hora de presentarse al examen FIR son el exceso de confianza por parte de los opositores repetidores o no tomar la prueba como una carrera de fondo puesto que “en este caso no sirve darse el atracón de estudio en el último momento”.