La UAM desarrolla un biosensor capaz de detectar mutaciones asociadas a la fibrosis quística

Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha demostrado que mediante el empleo de un biosensor electroquímico y la interacción de dos colorantes con ADN se logra detectar la presencia de posibles mutaciones.

CS
22 septiembre 2016 | 23:58 h
Núcleo de un linfocito marcado con diversos colorantes fluorescentes.
Núcleo de un linfocito marcado con diversos colorantes fluorescentes.
Con frecuencia, en el ámbito de la biomedicina, se ha utilizado la técnica de interacción de moléculas pequeñas con ADN para fines diagnósticos y terapéuticos. Ahora, ha sido un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) el que ha empleado la interacción de colorantes con ADN, descubriendo que puede ser útil para detectar mutaciones específicas.

En concreto, el estudio se ha centrado en el desarrollo de un biosensor electroquímico capaz de detectar, “de forma rápida y sencilla”, dos de las mutaciones genéticas más comunes asociadas a la fibrosis quística, según ha indicado la UAM a través de un comunicado.

El método se ha aplicado con éxito a la detección de las mutaciones más comunes, la F508del y la p.Gly542Stop, en el gen regulador de la fibrosis quística
En palabras de la directora del Grupo de Investigación en Sensores Químicos y Biosensores de la UAM, Encarnación Lorenzo, “este biosensor está basado en los colorantes Safrina y Azure A, y es útil para detectar secuencias específicas de ADN, o la presencia de mutaciones en las bases de las mismas”.

Particularmente, el método se ha aplicado con éxito a la detección de las mutaciones más comunes, la F508del y la p.Gly542Stop, en el gen regulador de la fibrosis quística, en muestras reales extraídas de células sanguíneas de pacientes que sufren la enfermedad.

SISTEMAS SIMPLES

La hibridación entre cadenas sencillas de ADN es la forma más específica de bioreconocimiento. Por ello, los investigadores consideran que disponer de sistemas simples y rápidos para detectarla “supone un gran avance en el diagnóstico de enfermedades asociadas a la presencia de mutaciones en los genes relacionados con la enfermedad”.

En este sentido, los biosensores electroquímicos suponen unas herramientas óptimas para lograr esta finalidad, “siempre que se disponga de moléculas electroactivas que interaccionen de forma muy selectiva con la doble cadena formada tras la hibridación, como es el caso de los colorantes Safrina y Azure A”.

Los resultados del estudio, publicados en la revista Bioelectrochemistry, concuerdan con los resultados obtenidos a través el método de secuenciación utilizado en el Instituto de Genética Médica y Molecular IdiPaz.


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