Las jubilaciones de los investigadores, un problema añadido a la fuga de talentos

Susana Alemany, coordinadora del Área de Biomedicina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aborda en ConSalud.es el envejecimiento de las plantillas.

Las jubilaciones de los investigadores, un problema añadido a la fuga de talentos
Las jubilaciones de los investigadores, un problema añadido a la fuga de talentos
CS
29 julio 2018 | 00:00 h

La mejora del mercado laboral de los investigadores españoles es uno de los principales desafíos en materia de I+D+i debido a las limitaciones de recursos humanos tras la crisis económica. Así lo pone de manifiesto el Informe Nacional RIO 2017, publicado este año por el Observatorio de Investigación e Innovación de la Comisión Europea.

En este sentido, la versión anterior del citado documento pone de manifiesto el envejecimiento que sufren las plantillas tanto en las universidades como en las instituciones científicas en España. Esta situación unida a la fuga de talentos, hace que el número de jubilaciones sea mayor a los jóvenes investigadores que inician su carrera en España.

“En nuestra institución tenemos alrededor de 3.500 científicos con una edad media de 57 años y la tasa de reposición por la oferta de empleo público que tenemos -aunque ha mejorado después de la crisis que ha sufrido el país- sigue siendo claramente insuficiente”, explica a ConSalud.es Susana Alemany, coordinadora del Área de Biomedicina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El problema específico en España reside en que la oferta de convocatorias públicas de empleo es muy limitada

Sobre la falta de relevo entre los científicos españoles, esta investigadora señala que en el caso del organismo en el que trabaja, los compañeros consiguen estabilizarse con una edad media de 43 años. “Eso lo primero que significa es que hasta esa edad, los investigadores españoles formados en España y que han pasado periodos de años en el extranjero -con el fin de obtener una mejor preparación- tienen que participar en convocatorias competitivas por contratos de 3 a 7 años”, considera Alemany.

A su juicio, esta situación se da en otros países pero el problema específico en España reside en que la oferta de estas convocatorias es muy limitada. “Así muchos deciden no volver y otros tienen que volverse a marchar a otras instituciones científicas extranjeras, principalmente en Europa y Estados Unidos”, comenta la coordinadora de CSIC y añade: “Los que indica que estamos preparando a investigadores para que después den sus frutos en otros países”.

Además, esta investigadora alerta que el hecho de que los profesionales accedan a un puesto fijo con edades avanzadas indica que entre 20 y 25 años después de esa estabilidad laboral se jubilarán.

MÁS APOYO A LA INVESTIGACIÓN

“Si los grupos de investigación tuvieran más personal no solo científico sino también de apoyo técnico y más financiación todo sería mucho más  fácil. Pero además no solo sería más fácil para los investigadores, que después de todo trabajamos por vocación, sino que se le podría dar a la sociedad más beneficios”, apunta Alemany.

Por otra parte, la coordinadora de CSIC subraya que “la sociedad tiene conciencia de que la investigación biomédica mejora su calidad de vida, pero hay tiene que ser conscientes que detrás de un nuevo avance biomédico no solo hay una buena idea de un investigadores, sino muchas horas de trabajo de grupos de investigación formados por personas trabajando con infraestructuras y con  medios que cuesta dinero”.

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