Agresiones a médicos: "Tienen su origen en la precariedad del servicio asistencial al paciente"

Los episodios violentos que sufren los facultativos en España continúan en un preocupante crecimiento respecto al pasado año. Las CC.AA. más afectadas por esta lacra son Cataluña, Cantabria y Extremadura, así como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla

Varias personas con una pancarta que reza 'Stop Agresiones a Sanitarios' se manifiestan en el centro de Salud Los Castros (Foto: César Ortiz EP)
Varias personas con una pancarta que reza 'Stop Agresiones a Sanitarios' se manifiestan en el centro de Salud Los Castros (Foto: César Ortiz EP)

Las agresiones al personal sanitario son un serio problema a nivel nacional y en varias regiones españolas su incidencia resulta especialmente significativa. Recientemente el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos(CGCOM) hizo público el informe “Observatorio Nacional de Agresiones a Médicos en 2022”. En el mismo se desprende el preocupante crecimiento de estos actos que atentan contra la seguridad de los profesionales sanitarios dedicados a su actividad asistencial al paciente. En concreto, las denuncias de agresiones a profesionales de la salud en España hechas llegar a la organización médica pasaron de las 612 de 2021, a las 843 el pasado año, un 38% de crecimiento en estos actos violentos.

Unos datos preocupantes que, en la presentación del documento el pasado 9 de marzo, el secretario general del CGCOM y miembro del Observatorio Nacional de Agresiones, José María Rodríguez Vicente,relacionó con la posibilidad de que la pandemia de Covid-19 pudiera haber cambiado la sociedad. "La sociedad ha salido de la crisis sanitaria con más depresiónansiedad y agresividad", esgrimió, para después añadir que el retraso de las consultas derivado de la pandemia también puede estar detrás de este incremento.

El perfil tipo de estas agresiones, según el informe de CGCOM, consistieron en insultos y amenazas ( 84%, respecto al 16% de agresiones físicas) sufridas por sanitarias mujeres (61%) que trabajan en AP

El perfil tipo de estas agresiones, según el informe de CGCOM, consistió en insultos y amenazas ( 84%, respecto al 16% de agresiones físicas) sufridas por sanitarias mujeres (61%) que trabajan en el ámbito de la Atención Primaria (43%) y que asisten en Comunidades Autónomas como Cataluña (7,95 médicos de cada 1.000), Cantabria (7,56) o Extremadura (5,33), así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con 8,22 y 6’19 colegiados afectados por millar. Por el otro lado, las CC.AA. con menor incidencia son Navarra (0,43), País Vasco (0,45), Canarias (0,63), Galicia (0,64) y La Rioja (1,04).

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LAS TRES CC.AA. MÁS AFECTADAS

De esta manera, desde ConSalud.es hemos querido conocer las impresiones procedentes de las tres CC.AA. donde la incidencia es mayor, de la mano de David Arribas, vicesecretario general de sindicato médico Metges de Cataluña; Santiago Raba, vicepresidente Sindicato Médico de Cantabria (SMC); y María José Rodríguez, secretaria general del Sindicato Médico de Extremadura (Simex). En todos los casos comparten la preocupación por estos “alarmantes” datos e instan a la “búsqueda de soluciones” para erradicar esta creciente agresividad hacia los facultativos en sus respectivas regiones, así como en el computo del contexto nacional.

Relaciona este importante dato de actos violentos contra profesionales sanitarios catalanes por la “tensión” que viven muchos pacientes al sentir que “sus necesidades no están cubiertas"

Desde Cataluña, la CC.AA. con peores registros de agresiones a colegiados, el vicesecretario de Metges constata que en su región “ha habido un incremento elevado del número de agresiones, especialmente en doctoras y en Atención Primaria”. Relaciona este importante dato de actos violentos contra profesionales sanitarios catalanes con la “tensión” que viven muchos pacientes al sentir que “sus necesidades no están cubiertas y detectar la precariedad en el servicio asistencial que reciben”. David Arribas, hace hincapié en la realidad de los médicos a la hora de enfrentarse a la circunstancia de trabajar de forma “precaria” y con sobrecarga asistencial. “Nosotros no somos los que causamos las listas de espera ni las agendas saturadas”, asevera.

En la misma línea, el vicepresidente Sindicato Médico de Cantabria (SMC), señala que los datos de su territorio reflejan una “situación dramática” que sólo es "lapunta del iceberg, pues la mayoría de las agresiones no se denuncian”. Además de los propios agresores, considera que “las circunstancias a las que se ha llegado en Cantabria en este ámbito se deben a una absoluta pasividad por parte de la Consejería de Sanidadautonómica desde hace muchos años”. Santiago Raba, admite que la preocupación es máxima. “Estudiamos medicina de forma vocacional para ayudar a los demás, para que nuestra formación se traduzca en una mejora de la salud y de la vida de las personas, y no es concebible ser agredidos por, precisamente, aquellos a los que intentamos sanar”, remarca.

En Extremadura, las cifras resultan también “muy preocupantes” y “la problemática es tal que la propia Junta autonómica ha implementado recientemente un Plan Contra las Agresiones”

En Extremadura, las cifras resultan también “muy preocupantes” y “la problemática es tal que la propia Junta autonómica ha implementado recientemente un Plan Contra las Agresiones”, aclara la responsable del sindicato Simex. Unas incidencias que consideran pasan por la “implicación de los responsables sanitarios regionales” para poner sobre la mesa medidas de prevención, formación y concienciación de la sociedad, así como protocolos claros de actuación y condena frente a estos “actos violentos”, indica María José Rodríguez. 

RESPONSABLES Y SOLUCIONES

Sus colegas sindicales de Cataluña y Cantabria también tienen claro el origen de esta creciente escalada de agresiones a médicos. “Se han creado unas expectativas en los pacientes por parte de nuestros políticos que no se corresponden con la realidad, con los recursos que tenemos. No se atreven a cortarlo porque saben que ellos son los culpables y hacerlo significaría admitir que han mentido a los pacientes”, esgrime Santiago Raba . “Somos simplemente los receptores de una agresión institucional en nuestras condiciones de trabajo y también de una agresión por parte de algunos individuos de la población que atendemos”, lamentatambién David Arribas.

Cualquier solución pasa por que los “médicos estemos presentes y ayudemos a forjar herramientas para mejorar y disminuir la tasa de de agresiones en general, pero específicamente sobre nuestro colectivo”

Las CC.AA. más afectadas comparten las medidas necesarias a aplicar por parte de los gobernantes y todos los estamentos implicados. Acciones multinivel que pasan por la educación y formación al ciudadano; concienciar que los cauces de reclamación sanitaria no recogen la violencia; aplicar sanciones de disuasión efectiva -económica- que penalicen el propio hecho de insultar a un médico; así como sanciones severas por la vía penal en los casos que lo requieran. El vicepresidente de SMC señala la adopción de medidas como las que se han tomado en otros países, donde o bien al agresor “se le priva durante un periodo de tiempo de la sanidad gratuita” o bien “va a una lista negra y se le atiende en un circuito separado del resto de los ciudadanos, con seguridad reforzada”.

Por su parte, en el aspecto de la pedagogía ciudadana, el vicesecretario general Metges, destaca el papel de los medios de comunicación por su importancia a la hora de hacer llegar el mensaje de la no violencia a la sociedad”. Además, Arribas, concluye que cualquier solución pasa por que los “médicos estemos presentes y ayudemos a forjar herramientas para mejorar y disminuir la tasa de de agresiones en general, pero específicamente sobre nuestro colectivo”.

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