La dispersión geográfica, la falta de atractivo de los contratos y el poco reconocimiento de las administraciones está provocando que numerosas autonomías cada vez tengan mayores dificultades para encontrar médicos que quieran trabajar en zonas rurales, también conocidas como plazas “de difícil cobertura”. La situación ya ha llegado al Consejo Interterritorial de Sanidad, desde donde se han planteado incentivos económicos para que los médicos residentes (MIR) cubran este tipo de plazas al acabar la especialidad.
Y es que, como ya denunció la vocalía de Atención Primaria Rural de la Organización Médica Colegial (OMC), sin incentivos el medio rural se quedará sin médicos en pocos años. Por ello, en una declaración declaración oficial, los facultativos reclamaban “un presupuesto sanitario realista y acorde con las necesidades asistenciales en el ámbito rural, en el que se contemplen los factores de dispersión, aislamiento y penosidad con los que trabajamos en el día a día”.
La Organización Médica Colegial reclama un presupuesto sanitario “en el que se contemplen los factores de dispersión, aislamiento y penosidad con los que trabajamos en el día a día” los médicos rurales
Recientemente, los médicos rurales de Aragón también han pedido mayores incentivos para hacer atractivos los puestos en zonas pequeñas y alejadas de núcleos urbanos. Todo ello, pese a que esta es una de las autonomías que ya ha puesto en marcha algunos incentivos, como el hecho de premiar a los facultativos que trabajen en zonas más alejadas de la capital con una mayor puntuación de cara a las oposiciones.
Según señalaba a Consalud.es María del Carmen Cancelo, médica de Familia en el centro de Salud de Brihuega, Guadalajara, también resultaría positivo que el trabajo en estas zonas se incentive de manera económica, puesto que “la asistencia sanitaria en una zona rural es muy distinta a la que se hace en una ciudad. Además, aquí se hacen guardias de atención continuada con trabajo de tarde y noche”.
Por otro lado, Miguel Turégano, coordinador de residentes de Semergen, destaca también la necesidad de que el médico de Familia rote durante el MIR en la medicina rural, ya que “si la formación del médico se realiza estrictamente en áreas urbanas y el área rural se experimenta durante solo dos o tres meses, a la hora de saltar al mundo laboral, el médico se va a encontrar, en muchas ocasiones, que tiene que ejercer como médico rural, y esto puede generar dificultades”.