El instrumental en miniatura, el reto constante de la cirugía pediátrica

El Dr. Juan Carlos de Agustín Asensio explica los avances conseguidos en la miniaturización del instrumental para la cirugía pediátrica

Juan Carlos de Agustín es el nuevo presidente de la Sociedad Española de Cirugía Pediátrica (Foto. Gregorio Marañón)
Juan Carlos de Agustín es el nuevo presidente de la Sociedad Española de Cirugía Pediátrica (Foto. Gregorio Marañón)
Paola de Francisco
23 octubre 2021 | 00:00 h
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A veces nos asombra ver cánulas o cámaras cada vez más pequeñas que permiten hacer laparoscopias u otras intervenciones de una forma menos invasiva que hace años. Sin embargo, en los avances para hacer el instrumental quirúrgico cada vez más fino, no es la cirugía de adultos la que más ha avanzado, sino la cirugía pediátrica.

Realizar trasplantes multiviscerales, operaciones de corazón, intervenciones como la resección de hígado o pránceas, o neurocirugías en bebés y niños pequeños supone utilizar un instrumental muy pequeño acorde con el cuerpo que se interviene. A su vez, además de los avance en miniaturización de los instrumentales las nuevas tecnologías encuentran en la pediatría una utilización que facilita las operaciones y la planificación. Modelos y gafas 3D, realidad virtual, robots de última generación. Todo ello poco a poco va llegando a los quirófanos pediátricos.

“Los desarrollos se incorporan más en adultos que en niños porque es más fácil y luego se van adaptando”, explica a Consalud.es el  Dr. Juan Carlos de Agustín, presidente electo de la Sociedad Europea de Cirugía Pediátrica y jefe de Cirugía Pediátrica del Hospital Gregorio Marañón. Después de que en los años 90 finalizara el desarrollo del instrumental estándar, se ha dado importancia a la cirugía de mínima invasión adaptándola al instrumental pediátrico en una evolución que ha cogido fuerza en los últimos años.

“Sería interesante que se piense que cuando se solicita estos instrumentos los hospitales deberían incorporarlo porque aunque sean un pelín más caros de lo normal, a la larga, son un importante beneficio. Se debería tener el mejor material porque son pacientes extremadamente delicados”

“En los últimos cinco años se ha desarrollado instrumental que permite hacer sellado vascular avanzado con control electrónico de 3mm; trocales para acceso de cirugía laparoscópica de 3mm o endograpadoras, que son unas máquinas que permiten cortar y grapar, la más pequeña era de 12 mm y para pediatría en los últimos años se han adaptado de 5 mm pero solo hay una empresa que las produce y es todavía muy cara”, señala el doctor.

Es precisamente el precio del material el que a veces hace que el desarrollo de la tecnología en pediatría no tenga tanta evolución como en la cirugía adulta. “El instrumental para niños es a veces muy caro, y no está al alcance de todos. Al final los que hemos tenido acceso a él lo utilizamos para casos determinados, pero merece la pena”. Y añade: “Sería interesante que se piense que cuando se solicita estos instrumentos los hospitales deberían incorporarlo porque aunque sean un pelín más caros de lo normal, a la larga, son un importante beneficio. Se debería tener el mejor material porque son pacientes extremadamente delicados”.

CIRUGÍAS COMPLEJAS MÁS SENCILLAS

Gracias al avance tecnológico se hacen planificación, cirugías y reconstrucciones cada vez a edad más temprana, lo que a su vez supone un mayor beneficio para los pacientes por su mayor capacidad de cicatrización, que se va perdiendo según crecemos. De esta forma, gracias a la innovación no solo se hacen planificaciones quirúrgicas 3Dtambién reconstrucciones o implantes 3D. “Tenemos en tres dimensiones planificación quirúrgica  con reconstrucciones tridimensionales sacadas de escáner o imagen computarizada que se utiliza para reconstruir anatómicamente tumores para estudiar su disposición, ver las estructuras vasculares y los órganos vecinos”. Por ejemplo, según explica el experto, esta técnica se utiliza frecuentemente en niños con malformaciones congénitas “se realizan reconstrucciones de la pared torácica y se hace un molde para ver lo que se va a necesitar”.

“Los cirujanos pediátricos tenemos que pensar que la cirugía que hagamos tiene que servir en el proceso de crecimiento”. En casos como la reconstrucción de una costilla esta se hace un material que se reabsorbe. Desaparece a largo plazo tras asegurar la estabilidad y la fijación necesarias

En las intervenciones costales, se quita parte de las costillas y en esos casos es necesario sustituirlos por modelos 3D, siendo costillas artificiales o implantes a medidas. Esto, que en adultos es un proceso común y sencillo, tiene una mayor dificultad en niños. “Los cirujanos pediátricos tenemos que pensar que la cirugía que hagamos tiene que servir en el proceso de crecimiento”. En casos como la reconstrucción de una costilla esta se hace un material que se reabsorbe. Desaparece a largo plazo tras asegurar la estabilidad y la fijación necesarias. “Cuando es más mayor, adolescentes, se le utiliza material permanente que ya no les limite. Siempre las técnicas se tienen que hacer con materiales que permitan el crecimiento”. En otros casos si se tienen que utilizar elementos metálicos estos hay que ir ajustándolos según va creciendo el paciente, como ocurre en la ocrreción de la escoliosis.

Además, la  tecnología 3D permite realizar intervenciones como laparoscopias en urología en bebés de meses. “El cirujano ve en una pantalla las estructuras en tres dimensiones que es mucho más real en el campo quirúrgico que lo que se vería en una pantalla. Es más natural para el cirujano que tiene una visión 3D, produce menos cansancio y una visión anatómica más correcta y más seguras”, indica el Dr. De Agustín. Las gafas 3D además, se está estudiando su uso para distintas especialidades, ya no solo quirúrgicas, sino también en la atención médica como la cardiología intervencionista. “Ayudará mucho a hacer cirugías complejas”.

LENTA IMPLANTACIÓN DE LA ROBÓTICA Y FALTA DE INVERSIÓN

Pese a los avances existen algunos obstáculos para que la innovación tecnológica llegue también al abordaje de los más pequeños. Ya no solo es que haya poca experiencia en niños, como ocurre con los neuronavegadores y el contraste fluorescente, sino que en el caso de los robots, estos están preparados para adultos y su tamaño impide atender a niños.

“Los aparatos y robots todavía tienen un tamaño bastante grande. Actualmente se utiliza principalmente en niños más mayores. En pequeños se realiza ocasionalmente, solo para cirugías en las que hay que hacer mucha intervención como disección vascular, suturaciones, resecciones de hígado o páncreas...”. Aunque se espera que en el futuro se miniaturizará los robots y se podrán adaptar a esta especialidad.

“El objetivo es que los niños dispongan de mejor instrumental que los adultos porque hay cirugías más complejas, y son pacientes más delicados”, insiste el presidente electo de la Sociedad Europea de Cirugía Pediátrica. “Creo que es la demanda que tenemos los cirujanos pediátricos. Los hospitales no siempre compran material específico y creemos que se escatima en inversiones o que hay una visión muy economicista a la hora de introducir estos instrumentos. Pero para tener un alto nivel sanitario se necesita una inversión tecnológica”, concluye el Dr. De Agustín.

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