“No se pueden confundir las medidas de confort, con efecto relajante o aquellas que aportan bienestar al paciente, con procedimientos y terapias eficaces y efectivas”
Desde la OMC advierten así que el uso de técnicas “milagrosas” o falsas terapias (algunas denominadas “medicamentos“), pueden generar “retrasos peligrosos en los tratamientos” y pérdida de “oportunidad en la aplicación de fármacos y de técnicas reconocidas y avaladas por la comunidad científica”, según recoge el portal MedicosyPacientes de la OMC. Ello tiene consecuencias para el paciente, añaden, “como el encarecimiento de los procesos, cuando tiene que recibir atención múltiple”.Desde la institución médica insisten en la falta de una regulación académica sobre el uso de este tipo de terapias, ya que no hay títulos de formación con reconocimiento legal“académico y científico experimental” así como tampoco hay un control del ejercicio profesional dentro de este ámbito.
“La Corporación quiere advertir que no se pueden confundir las medidas de confort, con efecto relajante o aquellas que aportan bienestar al paciente, con procedimientos y terapias eficaces y efectivas reconocidas por la comunidad científica”, indican los facultativos.
Por ello, los representantes médicos acordaron instar a las autoridades a que la cartera de servicios de la sanidad pública, así como la de la sanidad privada, no incluya terapias, productos ni técnicas pseudocientíficas “o que no tengan un sustrato científico experimental y de efectividad reconocido y probado”.
Los médicos mantienen así la misma postura que colectivos de pacientes como el del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), que ha publicado recientementeun documento donde denuncia la existencia de al menos, según informaciones contrastadas, 28 pseudoterapias que actualmente proliferan entre los pacientes españoles, así como 78 mitos sobre la enfermedad.
SECTAS E INTRUSISMO
Más allá de las terapias en sí, los profesionales también abordaron durante su Asamblea General el problema de las sectas sanitarias, las prácticas engañosas y el intrusismo sanitario. En este sentido, la OMC aboga por reforzar el papel de los Comités de Ética y de Deontología “dentro y fuera de los Colegios” para tratar de atajar “cualquier desmán que perjudique al prestigio de dichas instituciones que, a su vez, repercute en una pérdida de prestigio de cara a la sociedad, que sólo empeorará el problema”.
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