Son reconocidas como profesiones sanitarias por la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) de 2003 y, cada año, sus facultades matriculan a cientos e incluso miles de alumnos. Sin embargo, la salida laboral de la mayoría de ellos está en el ámbito privado o en el extranjero. Así ocurre con hasta seis profesiones que reivindican una mayor presencia en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
En el caso de los dietistas-nutricionistas, por ejemplo, el Consejo General que representa a estos profesionales denuncia que España es el único país de Europa que apenas cuenta con estos profesionales en su sistema público de salud. “Actualmente, en Atención Primaria no hay ni una sola plaza pública para nutricionista en toda España, y en hospitales apenas hay dos o tres autonomías que tienen alguna plaza”, indicaba a Consalud.es su presidenta, Alma Palau.
Los representantes de profesiones como podología o biología han logrado el apoyo de los partidos políticos para impulsar su presencia en el SNS, sin embargo, en escasas ocasiones las iniciativas han llegado a consolidarse
No menos excluyente es el caso del óptico-optometrista, cuyo Colegio Nacional lleva años reivindicando su inclusión “sistemática y general” en el Sistema Nacional de Salud, tanto en los centros de salud como en los hospitales públicos ya que, consideran, se trata actualmente de “uno de los profesionales mejor preparados en el ámbito de las profesiones sanitarias”, debido a la cantidad de estudios formativos existentes.
En el caso de los logopedas, por su parte, el Consejo General recomendaba, ya en 2015, que todos los centros hospitalarios debían tener servicio de logopedia, ya que “la población tiene derecho a recibir este servicio sanitario de rehabilitación en las mejores condiciones”, por lo que propone incluir la logopedia en la cartera básica de los servicios asistenciales del Sistema Nacional de Salud, tanto en Primaria como en Atención Especializada.
También reconocida como profesión sanitaria, los representantes de los podólogos españoles lograron hace unos meses el apoyo de todos los partidos políticos para impulsar la inclusión de este perfil profesional de la cartera básica del SNS. Desde entonces, algunas autonomías ya han aprobado su incorporación a los sistemas públicos, aunque el asunto no ha llegado a abordarse en el Consejo Interterritorial de Sanidad.
BIÓLOGOS Y QUÍMICOS
Algo más lejos han llegado los biólogos y químicos que, pese a disponer incluso de plazas de formación sanitaria especializada, reivindican un mayor papel en la sanidad pública, especialmente por lo que pueden aportar en el ámbito de la reproducción asistida. En este sentido, una Proposición No de Ley (PNL) presentada por el PSOE, propone la creación urgente de las especialidades pluridisciplinares de Genética Clínica y de Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica (ambas previstas en el Real Decreto de Troncalidad), así como la regulación del ámbito competencial de la Reproducción Humana Asistida. Puesto que el proyecto troncal aún no tiene fecha de reactivación, sin embargo, la consecución de este objetivo podría demorarse durante años.
PSICÓLOGOS CLÍNICOS EN ATENCIÓN PRIMARIA
Sí han tenido un mayor éxito las reivindicaciones de los psicólogos españoles, que han logrado que algunas autonomías comiencen a implantar la figura del psicólogo clínico en los centros de Atención Primaria, aunque hace años que sí existen en hospitales y centros de salud mental. Junto a ellos, profesionales de otras ramas también sanitarias según la Ley de 2003, como los odontólogos y los veterinarios, también han reivindicado en los últimos años tener una mayor cabida en el sistema público de salud.