Las conclusiones del estudio demuestran que esta macromolécula es capaz de bloquear el acceso del Ébola
Las conclusiones del estudio demuestran que esta macromolécula es capaz de bloquear el acceso del Ébola a través de la molécula receptora DC-SIGN, localizada en las células dendríticas, responsables del inicio de la respuesta inmunitaria. Estas células son las primeras en reconocer la entrada de agentes extraños, como por ejemplo los virus, y son las encargadas de fagocitarlos y destruirlos. “Esta gran “bola de azúcar” se ha construido a partir de una molécula de carbono, el fullereno C60. Su estructura tridimensional, semejante a un balón de fútbol, ha permitido conectar mediante enlaces químicos hasta 12 unidades más de este elemento. El resultado es una superestructura globular recubierta de manosa, el mismo tipo de azúcar que tiene el Ébola en su superficie”, agrega Javier Rojo, investigador del CSIC.
Delgado subraya que este es un primer paso, aunque prometedor, que deberá ser probado en modelos de infección con virus completos en animales de experimentación.
Los resultados ponen de relieve el potencial de estas nuevas macromoléculas diseñadas en el laboratorio para proteger frente a las infecciones. Al mismo tiempo, se abre la puerta al desarrollo de nuevas estrategias para la creación y preparación de sistemas que permitirán combatir la infección por patógenos, frente a los que las terapias actuales no son efectivas o simplemente no existen, como es el caso del virus del Ébola.
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