El paciente oncológico

CS
Recuerdo a un viejo maestro de Medicina que empezó su primera clase diciendo, "señoritas y señoritos, futuros médicos: no hay dos pacientes iguales. Hay procesos patológicos que designamos con el mismo nombre, pero nunca afectan por igual a dos personas". Esta máxima universal, inapelable, se hace ley en el caso del paciente oncológico.

"Hay procesos patológicos que designamos con el mismo nombre, pero nunca afectan por igual a dos personas"
Cada uno tendemos a sentir nuestro mal, o el de nuestros seres queridos, como el peor del mundo, el más nocivo, el más lesivo y justo al lado otro grupo humano manifiesta idéntico sentir, pero de modo superlativo respecto al nuestro. La intensidad del sufrimiento viene mediatizada por otros elementos relevantes, presentes en la biografía personal y que la condicionan, como el valor dado a la autonomía y la calidad de vida.

A veces nos rendimos a la evidencia y declinamos rivalizar "en el campo de Marte" porque vemos los efectos sobre el paciente. En otras, en cambio, pugnamos por priorizar nuestra patología. Convendría entonces apelar al mantra con que empezaba, "no hay dos pacientes iguales".

En cualquier caso, el abordaje integral debiera contemplar las necesidades físicas, y emocionales de quienes enferman y de quienes le cuiden y coordinar elementos multidisciplinarios.

Hoy les ofrecemos una visión del paciente oncológico desde dos perspectivas profesionales, la del ámbito del dolor y la del ámbito farmacéutico, con mi colega Rebeca Cuenca, acostumbrada a tratar con pacientes oncológicos que en muchos casos acuden a expertas como ella en busca de consejo terapéutico.

VISIÓN MÉDICA

El paciente oncológico, o mejor la persona con alguna dolencia oncológica, encabezaría un presunto ranking de largas luchas por la supervivencia. La eficacia de los resultados sigue basándose en la precocidad de su detección para volatilizar el mal, siempre que éste permanezca concentrado y no se haya diseminado, complicando mucho más su erradicación. Este razonamiento también es válido para otras patologías.

"Todos somos conscientes que donde termina la ciencia puede trabajar la emoción en los etéreos planos del alma"
Los abordajes terapéuticos pueden pasar por una intervención quirúrgica si se dan las condiciones idóneas y, en su defecto, pueden simultanearse o suplirse con tratamientos quimio o radioterápicos. Cada modo de actuación presenta ventajas y peajes, beneficios esperados y efectos secundarios, también hay riesgos que la persona desde su autonomía debe de valorar para elegir o renunciar.

Sin embargo, todos somos conscientes que donde termina la ciencia puede trabajar la emoción en los etéreos planos del alma. Donde concluyen su labor los procedimientos curativos comienzan los métodos paliativos para intentar aliviar cualquier sufrimiento.

Como quiera que la persona se encuentre incardinada en su ecosistema (familia y amistades), cualquier alivio debe de contemplar a los agentes interactuantes y al tipo de interacciones implícitas y explícitas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los cuidados paliativos (CP) como "el enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y el alivio del sufrimiento, por medio de la identificación temprana y la impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales".

Esta concepción de los CP reconoce que las personas con enfermedades distintas al cáncer, que sean irreversibles, progresivas y con una fase terminal, también pueden beneficiarse de su aplicación.


La transición de los cuidados curativos a paliativos es a menudo gradual, y debe basarse en las necesidades individuales de la persona más que en un plazo concreto de supervivencia esperada.

Pero no deja de ser un paciente más, al que debemos tratar comprensivamente y con ternura sin perder profesionalidad, con el respeto que merece, igual que el resto; al que debemos acompañar, igual que al resto con planes individualizadas de acuerdo con las necesidades y preferencias expresadas por el paciente en el contexto de un proceso de planificación anticipada de decisiones.

Y eso se hace extensivo a sus familiares y amigos, porque sinceramente creo que es la única y la mejor forma de mostrar nuestra profesionalidad: ofreciéndoles un servicio de calidad y garantizándoles los mejores medios, por más duro que resulte no poder aún, a fecha del corriente, garantizarles los resultados.

VISIÓN FARMACÉUTICA

"En la facultad aprendimos Química, Galénica, Botánica, Fisiología pero, ¿y la parte humana?"
¡Qué felicidad colocar cada año una vela más en la tarta, y cuando hay tantas que no caben, poner números que van aumentando año tras año! Pero, ¿qué pasa cuando esto se detiene, cuando parece que el tiempo no puede avanzar, cuando los meses van en tu contra?

Deshecha, Noelia viene a la farmacia. Su oncólogo le ha dado malas noticias. Su tiempo ya es oro, más de lo que era antes. Me cuenta lo poco que ha podido retener después de que su mente se nublara al oír metástasis: las pruebas, los análisis, las operaciones, los tratamientos. Toda aquella marabunta de tecnicismos que solo oía a otros y que ahora le afectan a ella.

Sus manos tiemblan, su voz se quiebra y llora intentando echar toda la rabia y el miedo que se ha apoderado de ella.

Detrás del mostrador intento mantener la compostura. Le explico todas las posibilidades, las diferentes técnicas, los buenos resultados que hay hoy en día, pero nada de todo aquello la calma. Sus ojos no ven, sus oídos no oyen. Está dentro de un huracán de pesimismo, inmersa en una negación de vida.

"Es el momento de sacar nuestro lado más humano y empatizar con el paciente"
¿Compostura? Se acabó. Salgo del mostrador, cojo su mano, abrazo su cuerpo tembloroso y simplemente la escucho, la acompaño en su dolor, en su desesperanza, dejando que vierta su sufrimiento. Así las veces que necesite, las veces que precise, su tiempo es oro.

En la facultad aprendimos Química, Galénica, Botánica, Fisiología pero, ¿y la parte humana? ¿y la atención farmacéutica de corazón, visceral? Aparece un sentimiento de impotencia personal y profesional junto con la sensación de incertidumbre por no saber si lo haces bien o mal.

Es el momento de sacar nuestro lado más humano y empatizar con el paciente. A veces, las palabras no pueden arrancar de las entrañas un sufrimiento. Acompañar a Noelia, como a muchos otros, respetando su dolor, no devaluándolo, con el silencio, el cariño, sin dramas ni compasión. Es la mejor manera de ayudar, porque su tiempo es oro y debemos hacer que lo disfrute sin recelo.

Alfonso Vidal
Jefe Unidad del Dolor Hospital Quirónsalud Sur de Alcorcón

Rebeca Cuenca
Farmacéutica


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