"Si una persona va a su médico con una gripe, y le dan cita para dentro de cuatro días, directamente se va a la hospital"
Las consecuencias más notables de la disminución del servicio son, explica Aparicio, un colapso matinal delos centros de salud y el consecuente traslado de los pacientes con síntomas aparentemente leves directamente a urgencias, por lo que la afluencia de los hospitales se dispara hasta el punto de que no se puede asumir toda la demanda. “Si una persona va a su médico con una gripe, y le dan cita para dentro de cuatro días, directamente se va al hospital”. Reconoce que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha potenciado este año un plan de refuerzo por el que intenta suplir las vacaciones del personal y el cierre de instalaciones con sustituciones, pero para el sindicato la medida es insuficiente, especialmente en las zonas con más afluencia turística. “Poblaciones de costa, como Punta Umbría, la Bahía de Cádiz, Marbella… llegan a triplicar y cuadruplicar su población durante el verano. Y la realidad es que hay menos médicos”.
Bajo el punto de vista del representante de CC.OO., la consecuencia es una muy mala imagen del servicio público. “Las enfermedades no se van de vacaciones, por eso vamos a ser muy exigentes. Sabemos que se han incrementado en un porcentaje importante los refuerzos estivales, pero no son suficientes, porque no hemos llegado a los niveles de asistencia previos a la crisis”.
Andalucía tiene, en su opinión, los mismos problemas en estas fechas que el resto de comunidades. En otras, como Castilla y León, los centros de salud mantienen el horario normal, pero no se cubren todas las ausencias por vacaciones. “Falta personal todo el año, pero la afectación ahora es más intensa porque, además de que hay menos profesionales, muchos veraneantes residentes en grandes ciudades vuelven a sus pueblos de origen”, apunta el secretario de Comunicación de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitariaos de CC.OO. en la comunidad leonesa. Además, añade, “en muchas zonas se agrava porque también se hacen campamentos”.
"No es nuevo, todos los años ocurre lo mismo. Pero la gerencia dice que no"
El problema es bidireccional, tanto para los especialistas como para los pacientes. Los sanitarios “se ven desbordados por la sobrecarga de trabajo, y porque además tienen que desplazarse a varias localidades porque no hay suficiente personal disponible. La atención no puede darse con la misma calidad”. Es un problema, eso sí, que viene de lejos. “No es nuevo, todos los años ocurre lo mismo. Pero la gerencia dice que no. Piensan que es temporal y no merece la pena invertir recursos en solucionarlo”, lamenta. Escatimar en recursos en sanidad, anteponiéndolos al bienestar del paciente, es, desde su perspectiva, un error mayúsculo. “Los recortes no pueden ser asumibles porque se trata de un ámbito mucho más importante, la salud. Sí, el dinero es limitado, pero hay que invertir en salud, sobre todo en recursos humanos. Aunque desde el punto de vista económico resulte deficitario, el balance es positivo”, opina. “Se puede evitar, incluso, la aparición de alguna enfermedad a largo plazo que al final sea más costoso en términos monetarios”.