Regreso turbulento

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Cuando éramos pequeños, estas fechas eran fatídicas porque suponían la vuelta a las aulas, aunque también solían ser fechas edificantes, por el hecho de volver a ver a nuestros amigos del cole, pues no era raro que no mantuviéramos el contacto en época estival. Quienes más lo agradecían eran nuestros padres, por aquello de librarse de nosotros, aunque con poco nos conformábamos para estar entretenidos: mucha calle, una pelota y tebeos.

Hoy, retornar al puesto supone una alegría por volver a reencontrarnos con los colegas de trabajo, pero, al tiempo y según en qué profesiones, la montaña de tareas que nos espera tras el verano… no es baladí. Como decía aquella serie televisiva de los 80´s, “los problemas crecen”, es más, algunas veces parece que se multiplican en verano, en nuestra ausencia.

"Uno tiene su prurito profesional y la miaja de orgullo necesario para saberse querido y requerido por sus pacientes, pero espera que éstos hayan gozado y deleitado con su periodo vacacional"

Uno tiene su prurito profesional y la miaja de orgullo necesario para saberse querido y requerido por sus pacientes, pero espera que éstos hayan gozado y deleitado con su periodo vacacional… hasta que descubres que han estado conteniéndose todo el verano para retornar a tu consulta como si no hubiera más galenos en todo tu centro hospitalario, ¡qué digo centro!, en toda tu área sanitaria, ¡qué digo área!, en toda tu ciudad, ¡qué digo ciudad!… en todo el orbe.

Uno vuelve y se alegra de reencontrarse con sus pacientes e interactuar con ellos parlamentando sobre las vacaciones, el estado de sus dolencias, su ánimo, etc., pero lo que no puede uno imaginar es que le van a apremiar para que regrese antes de tiempo, porque “ha estado Vd. mucho tiempo de vacaciones” ¡Caramba, lo que me faltaba por oír!
 


Está bien que a uno le echen de menos, porque significa que importas a esas personas, pero lo que tampoco conviene es que exista un nivel de dependencia que roce la paranoia, porque uno tiene sus compromisos personales, profesionales, sociales, pero lo que no tiene es el don de la ubicuidad para estar en más de un sitio al mismo tiempo.

"Las vacaciones son un derecho recogido en el cuerpo doctrinal legal, pero sobre todo son una necesidad para desenganchar de la cotidianeidad, máxime cuando el nivel de exigencia es tan alto"

Las vacaciones son un derecho recogido en todo el cuerpo doctrinal legal, pero sobre todo son una necesidad para desenganchar de la cotidianeidad, máxime cuando el nivel de exigencia que tenemos algunos profesionales es tan alto, convirtiéndose casi en una obligación, aunque al final la vocación sea tal que hasta en ese periodo otros además dirigimos tesis, preparamos trabajos para congresos, programamos la temporada de nuestros departamentos, etcétera.

Cada persona arrastra su problema y vive con ello 24h al día, 365 días al año. Entiendo y comparto que precisen los mejores cuidados, y siempre hay profesionales dispuestos a atenderles con las mayores garantías y las mejores prestaciones, pero para comprometerse a ello debe haber un periodo íntimo, personal e intransferible en que nada enturbie el descanso de tales profesionales para que vuelvan con las pilas cargadas.

Ya una vez en el tajo, ¡bendito trabajo y que no falte nunca!

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