La impresión 3D, al servicio de los desfibriladores

La Universidad Rice en Houston (Estados Unidos) ha diseñado Zfib, una almohadilla impresa en 3D con un total de 180 microagujas en su extremo inferior que permite mejorar la administración de la corriente hasta el corazón.

Los desfibriladores son unos sistemas electrónicos que permiten restablecer el ritmo cardiaco normal mediante una descarga eléctrica de alto voltaje
Los desfibriladores son unos sistemas electrónicos que permiten restablecer el ritmo cardiaco normal mediante una descarga eléctrica de alto voltaje
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21 abril 2018 | 00:10 h

Los desfibriladores son unos sistemas electrónicos que permiten restablecer el ritmo cardiaco normal mediante una descarga eléctrica de alto voltaje, lo que consigue detener las arritmias. Unos mecanismos que deben transmitir una gran cantidad de energia eléctrica a través de la piel para que esta se transmita al corazón. De hecho, este procedimiento puede llegar a generar quemaduras a la persona que está siendo tratada, lo que da buena muestra de la intensidad del dispositivo.

Conscientes de esta problemática, un equipo de estudiantes de la Universidad Rice en Houston (Estados Unidos) ha desarrollado un dispositivo que permite mejorar la administración de esta corriente hasta el corazón. Gracias al nuevo mecanismo, bautizado con el nombre de Zfib, se podrían aumentar las posibilidades de rescatar a los pacientes y, de forma simultánea, causar poco o ningún daño en la piel.

Zfib es una almohadilla impresa en 3D con un total de 180 microagujas en su extremo inferior que permite mejorar la administración de la corriente hasta el corazón

Atendiendo a detalles concretos, este sistema es una almohadilla impresa en 3D con un total de 180 microagujas en su extremo inferior. Así, el mecanismo se interconecta con los electrodos de desfibrilación ya existentes, transmitiendo su corriente a través de las agujas.

Toda vez situado Zfib sobre la piel, se aplica presión en el dispositivo para empujar las microagujas hacia la dermis. Un sensor integrado mide la presión que se efectúa y una luz de indicación verde garantiza que el proceso se lleva a cabo de forma óptima.

En los estudios iniciales, el grupo del centro académico americano ha demostado que su dispositivo reduce el efecto de la impedancia de la piel en un 72%. Las pruebas, desarrolladas hasta el momento con un cadáver de oveja, han demostrado la efectividad de este prototipo.

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