El popular dicho de que la realidad supera a la ficción cobra más fuerza que nunca con las novedades que China ha incorporado con un controvertido sistema, basado en la tecnología, que cataloga a los ciudadanos según su nivel de “ejemplaridad”. El funcionamiento es sencillo: se trata de puntuar a cada persona de acuerdo a una serie de factores, como el civismo o el pago puntual de impuestos, hasta otorgarle una calificación concreta.
A raíz de esta marca, las empresas que participan del sistema condicionarán el acceso de los ciudadanos a sus servicios. Por ejemplo, en el sector bancario una baja puntuación social podría excluir a la persona en cuestión de la concesión de un crédito que solicite. En el lado opuesto estarían aquellos ciudadanos ejemplares que gozarían de ciertos beneficios.
Un hospital podría decidir el acceso de un paciente a sus instalaciones o servicios asistenciales dependiendo de su puntaje a través de este sistema
El sector sanitario es susceptible, en el ámbito privado o público, de entrar en este juego. Un hospital podría decidir el acceso de un paciente a sus instalaciones o servicios asistenciales dependiendo de su puntaje a través de este sistema. Las voces más críticas no han tardado en llevarse las manos a la cabeza entiendo este tipo de métodos desde un punto de vista excluyente, de manera que favorecería la desigualdad entre los ciudadanos, además de suponer un claro ataque contra los derechos fundamentales.
Varias informaciones apuntan a que ya existen empresas en China interesadas en implantar este sistema de puntaje social. Según una información de Omicrono, aquellas personas con puntuación baja, desde el 1 de mayo de este año, están en listas negras que les impiden coger aviones o trenes durante un año. En este caso, la medida se refiere al transporte público y fue hecha oficial por el propio gobierno del país.
Algunas de las acciones que pueden hacer descender las puntuaciones de los ciudadanos son los delitos como el impago de impuestos o de multas, así como otras incívicas como fumar en trenes, usar billetes caducados o causar escándalos en vuelos.
EL EJEMPLO DE BLACK MIRROR
El sistema de puntaje de China se asemeja a la trama de uno de los capítulos de la popular serie de televisión ‘Black Mirror’, basada en cómo la tecnología influye en una realidad futura con un fondo de crítica a la sociedad actual. Este episodio, titulado Nosedive (‘Caída en picado’) refleja cómo un sistema de puntuación puede condicionar la vida de cualquier persona en una sociedad donde la tecnología está a la orden del día.
El episodio transcurre en un mundo en el que las personas pueden calificar y ser calificadas por puntuaciones de una a cinco estrellas en cada interacción social que realicen. Lacie (Bryce Dallas Howard), una joven obsesionada por sus calificaciones, es elegida por una popular amiga de la infancia (Alice Eve) como dama de honor de su futura boda. Durante el viaje para asistir al enlace Lacie tiene un encontronazo con uno de los trabajadores encargados del servicio al cliente. Tras una agria discusión su calificación personal comienza a reducirse rápidamente.