Da Vinci, el gran aliado de los pacientes con cáncer de próstata

Los pacientes que han sufrido cáncer de próstata suelen sufrir impotencia. El robot Da Vinci ayuda a que la operación sea lo menos invasiva posible y por tanto sus consecuencias sean menores

El robot Da Vinci permite que los pacientes de cáncer de próstata preserven mejor la erección
El robot Da Vinci permite que los pacientes de cáncer de próstata preserven mejor la erección
JUDITH ARRILLAGA
17 noviembre 2018 | 00:00 h

Da Vinci es conocido por ser uno de los pintores más famosos de la historia, famoso por pintar la Mona Lisa. Es también una de las tortugas Ninja, caracterizada con un pañuelo azul y dos katanas. Estos dos personajes son mundialmente conocidos, lo que pocos saben es que actualmente hay otro Da Vinci haciendo historia. Ni más ni menos que un robot.

El robot Da Vinci es uno de los sistemas más avanzados del mundo en el ámbito sanitario. Unas de sus mayores ventajas son que ofrece mayor precisión al cirujano y la máxima seguridad al paciente. Se creó con el objetivo de facilitar la cirugía compleja empleando un enfoque mínimamente invasivo.

El Da Vinci permite que los pacientes de cáncer de próstata preserven mejor la erección

Actualmente se utiliza en muchas áreas, desde cirugía general hasta cirugías más específicas, como urológicas o ginecológicas. Los enfermos con cáncer de próstata son unos de los que más se benefician de esta innovadora tecnología.

Una de las complicaciones más comunes entre los hombres que han sido tratados por un cáncer de próstata es la impotencia. Esto puede darse por varios factores, ya sea por el tipo de procedimiento quirúrgico utilizado o por el tratamiento con radioterapia al que se someten después.

La cirugía robótica con el dispositivo Da Vinci permite una mejor preservación de los nervios del pene. Este sistema aporta una visión tridimensional, aunque esta no es su mejor virtud. El doctor Miguel Sánchez Encimas, jefe de urología del Hospital Rey Juan Carlos y cirujano del Ruber Internacional del Paseo La Habana, explica que aporta “una visión aumentada por 10”. Lo que magnifica la imagen y permite identificar con más precisión las partes dañadas que necesitan reparación.

Además, el médico cuenta con mayor libertad de movimiento lo que le permite “separar los nervios de la glándula prostática que es donde suele estar el tumor y de esta manera se preserva de la de la manera más eficaz posible la erección del paciente”, explica el doctor Sánchez.

“Es la mejor manera para ser intervenido”

Estos sistemas robotizados permiten que los médicos realicen los procedimientos sin temblores, lo que favorece hacer una disección que hasta el día de hoy nunca se había conseguido. “No es que el robot actúe solo”, aclara el oncólogo, el cirujano interviene a través de una consola a distancia con la que moviliza los brazos del robot que realiza una serie de movimientos ordenados por el especialista.

A pesar de que se trata de una tecnología altamente beneficiosa para el paciente, todavía no está muy instalada en la sanidad. En la sanidad pública madrileña, el Hospital Rey Juan Carlos y el Hospital Clínico son los únicos que poseen este tipo de sistemas robóticos.

“En el Ruber Internacional tenemos una plataforma robótica. A todos los pacientes que vienen a consulta se les ofrece esta cirugía”, explica Sánchez. El problema reside en que no siempre está al alcance de todos ya que no es una cirugía que no está extendida a todos los urólogos, o bien porque no tienen acceso a esta tecnología o bien no cuentan con la formación necesaria.

Aunque el Da Vinci permite que el paciente salga perjudicado lo mínimo posible, esto no significa que no necesite tratamiento posterior para recuperar su función eréctil. Lo normal es que tras la operación requieran de medicamentos que estimulen los nervios y el músculo del pene.

Para que los pacientes terminen de recuperar todas sus funciones, también se utilizan otros sistemas más mecánicos. Se trata de un procedimiento que hace vacíos en el pene para que se rellene de sangre y estimular así que el tejido cavernoso afectado por la lesión del nervio no se atrofie. “Es muy importante llevar a cabo una estimulación para que el músculo no se atrofie”, explica el doctor.

Estos procedimientos tienen unas cifras de éxito muy elevadas. Según los datos que maneja el doctor Sánchez, el 60% de los pacientes tratados consigue tener una erección ya sea con ayuda de fármacos o sin ella. Aunque las cifras varían según el tipo de paciente y el tipo de tumor por el que ha tenido que ser intervenido.

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