Telemedicina en Atención Primaria: la puerta que abrió la pandemia de la Covid-19 a la accesibilidad

Lejos de ser un cambio negativo, los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) señalan que esta transformación hacia lo digital “no supone abandonar a nuestros pacientes”.

Telemedicina (Foto. EP)
Telemedicina (Foto. EP)

La pandemia de la COVID-19 abrió la puerta a la asistencia sanitaria virtual. La creciente incertidumbre de los pacientes crónicos sobre su atención obligó a los expertos a reformular el modelo asistencial. Desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) explican que, si algo define a la Atención Primaria, es su atención accesible, continuada y longitudinal.

Lejos de ser un cambio negativo, los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) señalan que esta transformación hacia lo digital “no supone abandonar a nuestros pacientes”. "Los pacientes siempre encontrarán respuesta en sus equipos de Atención Primaria, aunque estemos ante un cambio de paradigma que conllevará necesariamente un mayor empoderamiento de los pacientes sobre sus patologías y el uso de la telemedicina como herramienta para conseguirlo", apunta la doctora Zaira Correcher.

"La telemedicina no puede ser un sustituto de las consultas, sino un poderoso acompañante de la atención médica, que incida de manera altamente efectiva en el bienestar y calidad de vida de las personas"

No en vano, durante los momentos más complejos de la pandemia, fundamentalmente durante la primera ola, la telemedicina fue una herramienta indispensable para el diagnóstico, seguimiento y empoderamiento de los pacientes. Incluso los profesionales añaden que la teleconsulta puede ser también una herramienta de motivación para el paciente: se siente más controlado y atendido, toda vez que se implica más en su autocuidado.

La aplicación de la nueva generación de telemedicina en Atención Primaria se alinea con las filosofías de potenciación de los usuarios (patient empowerment), de mejora de la calidad (evitar episodios adversos), modificación de los hábitos de la población (alimentación, actividad física, tabaquismo, alcohol), disminución de accidentes laborales o un paquete de medidas dirigidas a la mejor sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).

No obstante, precisan, con la vuelta a la presencialidad de la asistencia sanitaria la telemedicina "no puede ser un sustituto de las consultas, sino un poderoso acompañante de la atención médica, que incida de manera altamente efectiva en el bienestar y calidad de vida de las personas".

Telemedicina. (Foto. Freepik)

Es necesario por tanto que todos los agentes implicados muestren su total predisposición: la Administración apoyando proyectos de telemedicina con un buen perfil coste-eficiencia; los gestores tomando un papel activo en la puesta en marcha y difusión, aportando herramientas fáciles y útiles, mientras que los profesionales deben asumir el riesgo de probar estas tecnologías como una realidad necesaria, dándoles una oportunidad, probándolas y comprobando por sí mismos la utilidad en el día a día, tanto para los pacientes como para los propios profesionales.

"El proceso de transformación digital en nuestros centros de salud no está exento de obstáculos", sostienen desde SEMERGEN, siendo los más importantes "la resistencia al cambio, la barrera económica (medios materiales y humanos) y la falta de estrategia". En este contexto, "la telemedicina tiene ahora un papel fundamental y es el momento de mejorarla e incentivar su uso, pero sin olvidar que resulta fundamental garantizar la privacidad y autenticidad del usuario".

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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