LifeSpace Living Lab: cómo innovar en salud desde el entorno académico

Un equipo de 40 investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid trabaja en un entorno de experimentación en salud para desarrollar soluciones innovadoras, en colaboración proyectos nacionales e internacionales.

Infraestructura y equipamiento de robots (Foto: LifeSpace Living Lab)
Infraestructura y equipamiento de robots (Foto: LifeSpace Living Lab)

En el campo de la salud, cada día asistimos al descubrimiento e implementación de nuevasinnovaciones que tratan de poner solución a los problemas más usuales de los pacientes y hacerles más llevadero su transitar por una determinada enfermedad. Habitualmente, probar estos experimentos es posible en los ámbitos clínico o empresarial y, puntualmente, también lo es en el entornoacadémico.

España tiene experiencia en esta materia, con equipos en todo el territorio que prueban y llevan a la práctica real nuevas creaciones, tanto que en los últimos años ha vivido un renacer de este tipo de espacios. El ejemplo más claro es el logrado por LifeSpace Living Lab, el entorno de experimentación en salud referente de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros (ETIS) de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

Del espacio original, que representaba una casa domótica en el que se trabajaba la "demostración", se ha pasado a un espacio donde se interactúa con más universos de trabajo y tecnologías

Tras más de diez años del que se calificó como “primer living lab español en un entorno académico”, el equipo de 40 investigadores liderado por la catedrática María Teresa Arredondo ha reconfigurado este espacio, ampliando el número de proyectos, de equipamiento tecnológico, de soluciones y de colaboraciones a nivel nacional e internacional. El resultado, el desarrollo de más soluciones innovadoras y personalizadas en el campo de la salud y los sistemassanitarios.

Para explicar cómo funciona esta especie de gran casa inteligente que combina conocimientos, actores y tecnologías, SaluDigital ha hablado con IvanaLombroni, investigadora en LifeStech Research Group de la ETIS a cargo de la coordinación de LifeSpace Living Lab, que define bien el proyecto: “un entorno donde se puede idear, modelar y desarrollar innovaciones para resolver problemas de salud de los entornos sanitarios”.

Sala inmersiva y de realidad virtual (Foto LifeSpace Living Lab)

Para ello, se marcan cuatro grandes objetivos: “identificar las necesidades de la ciudadanía o de los pacientes; generar y compartir conocimiento, a través de la investigación; desarrollar, probar y lanzar nuevos productos y servicios que den valor añadido a la sociedad, poniendo en el centro al usuario; y acompañar a quienes trabajan en la toma de decisiones educativas, legales o clínicas sanitarias”.

INFRAESTRUCTURAS, UNIVERSOS Y CLUB

Entre 2009 y 2020, este espacio representaba una casa domótica en la que se simulaban escenarios de la vida cotidiana y estaba especializado en la inteligencia ambiental. Pero a partir de ahí, “se dejó de trabajar en una perspectiva de la demostración para pasar a la interacción” gracias a la ampliación de los universos de trabajo, la incorporación más actores y más tecnologías.

La colaboración que mantienen las 40 personas que trabajan en la sede del Living Lab con unos 25-30 proyectos europeos de innovación hacen que el impacto y el alcance sean ilimitados

En la sede del Living Lab trabajan unos 40 trabajadores la actual colaboración que mantienen con unos 25 y 30 proyectos europeos de investigación e innovación permite que el impacto de las actividades que allí sea ilimitado

En la práctica, el equipo de María Teresa Arredondo trabaja cada proyecto sobre tres niveles. Por un lado, unas infraestructuras y espacios de última generación compuestos por áreas de simulación para el usuario (como un quirófano, una oficina o una habitación), una sala de control  para monitorizar y controlar el conjunto de espacios, y un área de realidad virtual, que es la sala original que llevan usando más de 10 años y que sirve para validar dispositivos o crear prototipos.

El segundo nivel son los llamados ‘universos’ donde se hace uso de técnicas como la interoperabilidad o la inteligencia artificial y que está dividido en cuatro grandes espacios: SmartHome, el original, donde se prueban nuevos modos de interacción en un espacio completamente domotizado; MAHALab, donde personas mayores realizan actividades que promueven el envejecimiento activo y saludable; Future Health, un espacio de conversación e intercambio de proyectos en torno a la transformación digital de los sistemas de salud; y RobotHall, donde se experimenta en el campo de la robótica.

Uso del espacio del laboratorio (Foto LifeSpace Living Lab)

Finalmente, el tercer nivel se centra en un ‘Club’ que más allá de servir para probar o validar herramientas, se trata de un área donde “grupos de usuarios trabajan en forma de entrenamiento” y del que se hace un seguimiento. Así, se aplica sobre “entornos reales”, llevando y validando los experimentos a proyectos “de gran escala”.

PROYECCIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL

Pese a que en la sede del Living Lab trabajan en torno a 40 trabajadores, la actual colaboración que mantienen con unos 25 y 30 proyectos europeos de investigación e innovación permite que el impacto de las actividades que allí sea ilimitado. Así, la cooperación se hace a nivel regional, nacional y europeo con el entorno académico, con asociaciones de pacientes, sistemas sanitarios regionales, ayuntamientos, sectores industriales como las empresas farmacéuticas o investigadores.

Las colaboraciones van desde el ámbito nacional, con proyectos en la Comunidad de Madrid, Aragón o el País Vasco, al internacional, con hospitales de varios países de la UE

Una muestra de ello, y así lo sostiene Ivana Lombroni, es la interacción que se produce cada día en LifeSpace Living Lab. “Es un espacio abierto dentro de la Universidad Politécnica de Madrid, por lo que continuamente hay colaboraciones con proyectos y grupos de investigación, con conversaciones siempre multiactorales”.

Como ejemplo de estas colaboraciones, citamos varios proyectos. Entre ellos, una cooperación “estratégica” con el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) con un trabajo “continuo y activo” con hospitales como el Clínico, el Gregorio Marañón o el Infanta Leonor. También son reseñables los ensayos con otros sistemas regionales, como el proyecto ‘Gatekeeper’ donde más de 12.000 personas mayores de Aragón y PaísVasco con enfermedades crónicas están unidas a través de una plataforma digital. Y, en el plano europeo, destaca el proyecto ‘Odín’, en el que se trabaja en el diseño de “hospitales de futuro” con centros de Polonia, Países Bajos o Italia.

En el fondo de todas actuaciones está la función de “catalizador” de este laboratorio inteligente por la que “logramos que las innovaciones se acerquen cada vez más y por los canales adecuados al usuario final, para poder realmente acompañarles en la mejora de su vida” y que lleguen a los entornos hospitalarios y a la práctica clínica y asistencial.

MÁS PROYECTOS, MÁS INTERACCIÓN

Al margen de todos los proyectos que tienen en vigor, el equipo de LifeSpace Living Lab se muestra ambicioso de cara al futuro. Por lo pronto, ven “primordial” seguir incorporando proyectos. Junto a ello, se plantean potenciar la “multidisciplinariedad” para, no sólo contar con ingenieros o médicos, sino también sumar a “profesionales del ámbito de las Ciencias Sociales, las Bellas Artes o la Comunicación””. Además, tienen como objetivo “acelerar” la visión física del ‘Club’ y reforzar las áreas de ética, de evaluación y de calidad”. Todo ello pensado para “llegar mejor al usuario”.

Exteriores del espacio (Foto LifeSpace Living Lab)

 

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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