Gafas correctoras y cura biotecnológica contra el daltonismo

Las gafas EnChroma han abierto un nuevo mundo a los afectados de daltonismo al conseguir que distingan colores que hasta ahora no habían visto. La implantación de genes a través de la biotecnología augura nuevos avances más dirigidos hacia su cura.

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9 julio 2016 | 00:03 h
Gafas correctoras y cura biotecnológica contra el daltonismo
Gafas correctoras y cura biotecnológica contra el daltonismo
Aunque se están haciendo grandes avances al respecto, de momento el daltonismo no tiene cura. Sin embargo, los efectos de esta disfunción sí se pueden paliar, como prueban distintos avances al respecto, entre los que destacan las innovadoras gafas Enchroma. Un revolucionario dispositivo que, lanzado en 2012, recientemente ha llamado la atención de gran parte de la comunidad internauta, gracias al enorme éxito de un vídeo de Youtube donde dos hermanos daltónicos logran distinguir los colores correctamente por primera vez en su vida.

Hay actividades cotidianas que a los daltónicos les cuesta llevar a cabo, como identificar la frescura de los alimentos o guiarse con un plano donde las diversas zonas estén pintadas de manera diferente
Se trata de los estadounidenses Jimmy y Jace Papenhausen, a quienes sus padres deciden regalarles estas gafas especiales y grabar su reacción, capturando un instante tan emotivo, que el citado vídeo, subido a finales de junio, ya acumula más de 800.000 reproducciones en el momento de escribir este artículo.

Para la mayoría de personas que no padecen daltonismo, este defecto genético hereditario no parece especialmente preocupante. Sin embargo, es necesario entender y concienciarse de que los afectados no son capaces de tener una vida completamente normal, ya que la imposibilidad de distinguir determinados colores -y en los grados más avanzados incluso ningún color- dificulta diversos tipos de tareas.

Por ejemplo, hay actividades cotidianas que a los daltónicos les cuesta llevar a cabo, como identificar la frescura de los alimentos o guiarse con un plano donde las diversas zonas estén pintadas de manera diferente. Es más, existen determinadas profesiones que no pueden ejercer, como puede ser el pilotaje de medios de transporte tales como barcos, aviones o autobuses.



La causa del daltonismo se halla en los llamados conos, unas células sensibles al color que se hallan en nuestra retina. Existen tres tipos de conos -unos identifican el rojo, otros el verde y otros el azul- y cuando algunos de ellos no están presenten en cantidad suficiente, el sujeto entonces tiene problemas para discernir entre los colores. Actualmente se estima que este defecto lo padecen uno de cada doce hombres -es más común en varones- y aproximadamente una mujer de cada 233.

Así las cosas, la llegada de estas gafas supone una gran esperanza para los daltónicos, quienes, hasta en el 80% de los casos, según señala la empresa responsable, corrigen su visión gracias a este dispositivo.

Descubiertas por casualidad

Don McPherson, doctorado en Ciencias del Vidrio por la Alfred University (Nueva York, Estados Unidos) descubrió su invento por casualidad cuando trataba de elaborar unas gafas que protegieran los ojos de médicos que llevan a cabo cirugía láser. Durante el desarrollo de las mismas percibió ciertos cambios que se daban en el color, hasta que un día, durante un evento deportivo, permitió a un amigo suyo que se las probara.

El creador de este invento lo descubrió por casualidad cuando trataba de elaborar unas gafas que protegieran los ojos de médicos que llevan a cabo cirugía láser
Dicho amigo era daltónico y los resultados fueron asombrosos, ya que un nuevo mundo se abrió ante él, descubriendo en ese momento que era capaz de distinguir colores que nunca había visto. Aquello condujo a Mcpherson a otra investigación, en la que se asoció con el matemático Andrew Schmeder, con el propósito de perfeccionar el dispositivo.

Tras diversos avances, en 2010 pudieron fundar la empresa EnChroma y, dos años después, lanzaron los anteojos al mercado, cuyo precio actualmente oscila entre los 200 y los 400 euros, en función de la edad y el grado de daltonismo de cada cliente.



Según se puede comprobar en la página web oficial de Enchroma (www.enchroma.com), el invento de McPherson tiene el aspecto de unas sencillas gafas de sol, pero su cobertura especial permite filtrar los colores, ya que incrementa la saturación de la luz roja y verde, posibilitando, por tanto, una distinción más precisa de esos dos colores.

Enchroma realiza en primer lugar un test a los clientes, para así determinar el tipo específico de gafas que necesitan
Debido a que existen muchos tipos y grados de daltonismo, Enchroma realiza en primer lugar un test a los clientes, para así determinar el tipo específico de gafas que necesitan. Asimismo, la empresa recuerda en todo momento que el dispositivo no cura la disfunción, sino que corrige sus efectos en la mayoría de casos, e igualmente insiste en que su uso no está recomendado para las pruebas de visión que se llevan a cabo para ejercer profesiones concretas, como pueda ser el manejo de distintos medios de transporte.

UNA CURA BIOTECNOLÓGICA

Hemos insistido a lo largo del texto en que el daltonismo no se puede curar, pero esto es algo que podría cambiar muy pronto gracias a una nueva terapia génica. Nos referimos concretamente al sistema desarrollado por Jay y Maureen Neitz, investigadores de la Universidad de Washington, cuyos experimentos con monos apuntan a que van en la dirección correcta.

En 2014, Jay y Maureen Neitz optimizaron una técnica de implantación de genes que permite modificar las células que se hallan en la parte posterior de la retina
Ambos investigadores lograron en 2014 un acuerdo entre su universidad y la empresa Avalanche Biotechnologies, para optimizar una técnica de implantación de genes que permite modificar las células que se hallan en la parte posterior de la retina. Algo probado con éxito en simios daltónicos entrenados para reconocer colores, los cuales, tras ser tratados, no cometían ningún error identificando tonos.

El pasado 2015, el CEO de Avalanche explicó en un comunicado que el virus adeno-asociado que se emplea en este sistema es “un escudo de proteínas, algo así como un caballo de Troya, que te garantiza la entrada en la célula. Una vez allí, el ADN comienza a ponerse en marcha y produce el fotopigmento que nos interesa".

Actualmente se están realizando las primeras pruebas clínicas para poder evaluar este procedimiento en humanos y así tener lista la aplicación sanitaria. Desde Avalanche consideran que si la técnica supera todos los requisitos exigidos y es aprobada por la FDA -la agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos y medicamentos-, tardará poco en ser empleada en el ámbito de la oftalmología.
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