Si existe un emplazamiento determinante en un centro hospitalario, ese es el quirófano, una sala que está específicamente acondicionada para la práctica de cirugías a aquellos pacientes que así lo demanden. En condiciones normales, los profesionales de la salud recomiendan una temperatura en esta estancia de 21ºC, con una oscilación de -1ºC y 3ºC, y una humedad relativa en el ambiente del 50%. Así mismo, el quirófano debe estar provisto de un sistema de presión positiva, de modo que el movimiento de aire se produzca de la zona más limpia a la menos pulcra.
"Creo que esta lámpara quirúrgica es uno de los mejores sistemas para las salas de operaciones de todo el mundo"
Sin embargo, todas esas medidas no garantizan unas condiciones estériles sostenidas el tiempo y es necesario extremar las precauciones. En este sentido, la compañía tecnológica Merivaara ha diseñado la lámpara quirúrgica Q-Flow, un sistema que gestiona el flujo de aire laminar en las salas de operaciones, lo que reduce el potencial riesgo de contaminación y, por ende, de infección.
Mientras que las lámparas de luz estándar de los quirófanos generan una serie de turbulencias de alta intensidad, el sistema desarrollado por la empresa afincada en Lahti (Finlandia) se compone de un conjunto de círculos concéntricos con espacios entre sí, lo que permite mejorar el flujo de aire laminar. Gracias a este mecanismo, las turbulencias disminuyen hasta un 15,9% mejorando, así, el 37,5% precisado por el Instituto Alemán de Normalización (DIN, por sus siglas en alemán Deutsches Institut für Normung).
Q-Flow permite mostrar instrucciones sencillas al equipo de cirujanos en la mesa de operaciones, lo que agiliza el trabajo de los profesionales en la sala de intervenciones quirúrgicas. En otro orden de asuntos, la lámpara de Merivaara ofrece propiedades de iluminación de alta gama, por lo que proporciona una potente columna de luz y una compensación dinámica de los obstáculos. Este elemento es muy importante porque, si el médico se inclina sobre el paciente acostado en la camilla, un conjunto de sensores iluminan otros diodos emisores de luz con el objetivo de reducir las sombras que proyecta el cuerpo del facultativo.
"Teníamos cirujanos, anestesiólogos y enfermeras que nos daban su opinión a medida que desarrollábamos Q-Flow. Están entusiasmados con el resultado final"
Esta instrumentación está indicada para una gran variedad de intervenciones quirúrgicas, desde la cirugía interna hasta la plástica. Esto se produce gracias a la excelente iluminación de la lámpara, que permite apreciar una ingente cantidad de colores, con especial incidencia en los tonos rojos y los de la piel. Para facilitar la labor al equipo de profesionales en la sala de operaciones, el equipo de ingenieros de Merivaara desarrolló el concepto Fluent, un engranaje por el que Q-Flow es capaz de funcionar junto a una variedad de dispositivos, incluyendo mesas de intervención o sistemas de gestión integrados. Todo ello desemboca en que el médico pueda centrarse por completo en el proceso sanitario y dejar a un lado las especificidades técnicas de cada artilugio.
"Teníamos cirujanos, anestesiólogos y enfermeras que nos daban su opinión a medida que desarrollábamos Q-Flow. Están entusiasmados con el resultado final", dijo Markku Aherto, director ejecutivo de Merivaara. "Creo que esta lámpara quirúrgica es uno de los mejores sistemas para las salas de operaciones de todo el mundo. La atención sanitaria finlandesa tiene una reputación muy extendida en todos los países. En este sentido, estoy muy orgulloso de poder ofrecer algo al planeta que contribuya al gran prestigio de Finlandia".