La edición genética mejora la función “asesina” de las células T contra el cáncer

Científicos de la Universidad de Cardiff en el Reino Unido han encontrado una manera de mejorar la capacidad de destruir las células T mediante la edición del ADN.

Aprovechar la capacidad de las células T para atacar y destruir las células cancesoras está a la vanguardia de la inmunoterapia.
Aprovechar la capacidad de las células T para atacar y destruir las células cancesoras está a la vanguardia de la inmunoterapia.
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25 noviembre 2017 | 00:00 h
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El equipo de investigación utilizó la técnica de edición del genoma CRISPR para eliminar los receptores presentes de forma natural en las células T, y en su lugar los reemplazó con receptores que reconocerían células cancerosas específicas, haciendo que las células T las destruyan. El equipo de investigación espera que la técnica mejore las inmunoterapias contra el cáncer. El estudio ha sido publicado por la revista internacional Blood.

Aprovechar la capacidad de las células T para atacar y destruir las células cancerosas está a la vanguardia de la inmunoterapia transformadora contra el cáncer. De hecho, la técnica ofrece grandes promesas y ya ha mostrado algunos buenos resultados. En este sentido, los investigadores de la Universidad de Cardiff se dieron cuenta de que las células T tienen algunas características que obstaculizan su capacidad de reconocer y matar el cáncer, y desarrollaron una forma de solucionarlo.

Según las declaraciones recogidas por la revista medGadget de uno de los investigadores involucrados en el estudio, Andrew Sewell, "hasta ahora, las células T diseñadas para combatir el cáncer tenían dos tipos de receptores: el terapéutico que se agregaba en el laboratorio y el que existía naturalmente. Dado que solo hay un 'espacio' limitado en una célula para los receptores, los específicos del cáncer deben competir con los propios receptores de la célula para realizar su función".

Los investigadores de la Universidad de Cardiff se dieron cuenta de que las células T tienen algunas características que obstaculizan su capacidad de reconocer y matar el cáncer, y desarrollaron una forma de solucionarlo.

Con frecuencia, esta competencia entre los receptores en las células T significaba que nunca alcanzaron su máximo potencial para matar las células cancerosas. Los investigadores utilizaron la edición del genoma CRISPR para eliminar los receptores propios de la célula que no tienen ningún propósito en matar el cáncer, y los reemplazaron con receptores que pueden reconocer células cancerosas específicas. Estos cambios hicieron que las células T se convirtieran en “asesinas” especializadas contra el cáncer, que son más efectivas para atacar líneas celulares cancerígenas y 1000 veces más sensibles a moléculas que pueden inducir una respuesta inmune.

"La mejora en la sensibilidad del reconocimiento del cáncer que se puede lograr al editar el receptor natural existente y luego reemplazarlo con uno que ve células cancerosas es notable", dice Sewell. "Es probable que las aplicaciones clínicas futuras ahora hagan uso de este avance".

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