Hallan la función de las células nerviosas en el GPS del cerebro

El funcionamiento de mecanismo del GPS interno del cerebro ya fue premiado con el Nobel de Medicina en 2014, pero un nuevo estudio ha aportado más datos sobre el proceso.

Cerebro y tecnología
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16 diciembre 2017 | 00:00 h

Una investigación ha revelado que el 'GPS interno del cerebro', es decir, el que hace posible la orientación en el espacio, presenta un tipo de células específicas capaces de medir distancias para este sistema de posicionamiento. El funcionamiento de este mecanismo de orientación ya fue premiado con el Nobel de Medicina en 2014. Sin embargo, un nuevo estudio, desarrollado por el Centro Alemán de Investigación sobre el Cáncer (DKFZ) y el Hospital Universitario Heidelberg (Alemania), ha aportado más datos sobre este proceso.

Para que el ser humano se oriente en el espacio, el cerebro usa un conjunto de células nerviosas especializadas, destinadas a la 'posición', que determinan la ubicación actual, así como las denominadas de 'rejilla', que se suponía, hasta ahora, que medían distancias y desempeñaban un papel clave en el proceso de integración de ruta.

El equipo quiere investigar en el futuro el papel que desempeña este tipo de células en otros procesos cognitivos

A pesar de que los científicos tenían pruebas empíricas acerca del funcionamiento de las primeras, localizadas en el hipocampo, desconocían la función exacta de las segundas, situadas en la corteza entorrinal. Ante esta problemática, los expertos de ambas instituciones han estudiado su funcionamiento en ratones de laboratorio que presentaban células de "rejilla" defectuosas, y constataron que tenían más dificultades para navegar un espacio determinado cuanto mayor era el número de esas células dañadas.

Los investigadores quieren investigar en el futuro el papel que desempeña este tipo de células en el aprendizaje espacial y en otros procesos cognitivos.

El proceso de integración de ruta se refiere a la habilidad que tiene el cerebro para construir un mapa virtual de un espacio determinado a partir de la velocidad y dirección del movimiento. De esta manera, explican los especialistas, si una persona ha llegado desde un punto A a otro de destino C a través de B, también puede diseñar un camino directo entre A y C gracias al citado proceso de integración de ruta.

"Las aves migratorias que vuelan desde Alemania a África probablemente usen otros mecanismos de navegación. Pero creemos que, en los humanos, las células de 'rejilla' son también las responsables de que podamos encontrar la ruta más directa entre A y C", señala en un comunicado Hannah Monyer, una de las autoras del estudio.

El grupo de expertos efectuó experimentos con ratones para determinar sus habilidades orientativas en test acuáticos divididos de dos fases

Para llegar a esa conclusión, el equipo de expertos efectuó experimentos con ratones para determinar sus habilidades orientativas en test acuáticos divididos de dos fases. En la primera, los roedores tenían que nadar hasta un plataforma a través de un pasillo recto o con forma de L, mientras que en la segunda se eliminaban ambas alternativas y debían llegar a su destino usando únicamente su orientación espacial.

Ahora, el equipo del DKFZ y Heidelberg quiere investigar en el futuro el papel que desempeña este tipo de células en el aprendizaje espacial y en otros procesos cognitivos, lo que podría ayudar a tratar la pérdida de memoria espacial en los enfermos de alzhéimer.

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