Células T: destruir al cáncer reprogramando células inmunes

Ya se han curado varias personas con leucemia gracias a este método. Son células que pueden vivir hasta 12 años en los pacientes.

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23 abril 2016 | 00:00 h
Células T: destruir al cáncer reprogramando células inmunes
Células T: destruir al cáncer reprogramando células inmunes
Cuando un paciente con leucemia recibe la noticia de que su cáncer ha remitido por completo surgen dos sentimientos profundos y, a la vez, lógicos: el primero, la alegría y el alivio de la curación; y el segundo, el temor a que el cáncer vuelva a aparecer. De hecho, no son pocos los casos en que esto ocurre. Se conoce como leucemia reincidente y conlleva un problema añadido si la enfermedad vuelve a aparecer a los pocos años de finalizar el tratamiento: la resistencia a la quimioterapia, que dificulta enormemente la curación y que hace necesarios otros tratamientos como el trasplante alogénico de células madre.

Se trata de una célula madre que tiene la capacidad de autorenovarse indefinidamente y de actuar contra un agente infeccioso concreto o tumor específico
Sin embargo, en la primavera de 2015 el sueño de destruir el cáncer con células inmunes programadas específicamente para atacar a los tumores se hizo mucho más cercano gracias a un equipo de científicos de Milán, que demostró a través de un estudio que estas células pueden subsistir, al menos, 12 años en el cuerpo de 14 pacientes.

Se trata de un nuevo tipo de glóbulo blanco del sistema inmune que reúne dos características imprescindibles: en primer lugar, se trata de una célula madre que tiene la capacidad de autorenovarse indefinidamente; por otro lado, su capacidad para actuar contra un agente infeccioso concreto o tumor específico.


Esa fue la esperanza y la salvación de Milton Wright, un paciente estadounidense del Hospital Infantil de Seattle que llegó a recibir un tercer diagnóstico de leucemia (el primero a los ocho años, el segundo en la adolescencia, y en ambos sufrió un duro proceso con quimioterapia). Reconoce que pensó que le darían apenas unos seis meses de vida y que había visto suficientes casos como para pensar que un cáncer como el suyo, resistente al tratamiento, haría que no sobreviviera. Sin embargo, sí sobrevivió y su cáncer, una leucemia linfoblástica aguda, fue destruida gracias a este nuevo tratamiento.

Ocurrió en 2013, antes del estudio de los científicos de Milán. El tratamiento consistió en la extracción de células del sistema inmunológico llamadas linfocitos T, o células-T, que fueron modificadas genéticamente para que, al reintroducirlas en el paciente por vía intravenosa, atacaran al cáncer. El paciente sobrevivió y no fue el primer caso: anteriormente en Filadelfia y Nueva York (EE.UU.) los médicos lograron que el 90% de los pacientes con una leucemia linfoblástica aguda (que vuelve a desarrollarse y que se convierte en resistente a los tratamientos convencionales), eliminaran por completo el cáncer, mientras que las probabilidades de que remita este tipo de cáncer con los medios habituales es normalemente inferior al 10%.

“CÉLULA MADRE T DE MEMORIA” (TSCM)

Volviendo al 2015, el pequeño ensayo de Milán no iba dirigido al tratamiento del cáncer y estas células, iba dirigido a probar la seguridad de una terapia génica contra un tipo de inmunodeficiencia hereditaria (SCID, conocida como la “enfermedad de los niños burbuja”). Los investigadores, Luca Biasco, Serena Scala, Alessandro Aiuti y sus compañeros del Instituto Científico San Raffaele en Milán encontraron, sin embargo, una fórmula brillante de aprovechar su investigación para obtener unos datos esenciales en la lucha contra el cáncer.


Los resultados se publicaron en la revista Science Translational Medicine prometiendo una evidente o inmediata aplicación a la práctica clínica. Estas células madre T de memoria TSCM (“T stem cell memory”) hacen referencia a los linfocitos. Estos, los glóbulos blancos de la sangre, son los encargados de la respuesta inmune y están divididos en linfocitos B (son los que producen anticuerpos y están sueltos por la sangre) y los T (aquellos que hacen referencia a la inmunidad celular, que hace que ciertas células especializadas absorban y eliminen los agentes infecciosos y otros elementos como las células tumorales).

La técnica se basa ahora en modificar genéticamente estas células T para que actúen directamente contra los tumores, manteniendo a la vez su capacidad para autorenovarse por muchos años y de patrullar por el sistema inmune
La técnica se basa ahora en modificar genéticamente estas células T para que actúen directamente contra los tumores, manteniendo a la vez su capacidad para autorenovarse por muchos años y de patrullar por el sistema inmune. Tanto promete, que una empresa llamada Juno Therapeutics, que fue fundada con los tratamientos en desarrollo en el Hospital Infantil de Seattle, el Centro de Investigaciones del Cáncer Fred Hutchinson y hospitales de Nueva York y Memphis, y enfocada en esta línea de investigación, ha recaudado 304 millones de dólares (267 millones de euros) en los 16 meses después de salir en bolsa.

EL AUGE DE LA INMUNOTERAPIA

Los tratamientos con células T son solo el último eslabón de una serie de nuevas líneas de investigación para utilizar el sistema inmunológico para combatir al cáncer, una corriente que se ha potenciado enormemente en los últimos cuatro años de distintas formas. Así, por ejemplo, los recientes inhibidores de los puntos de control, unos medicamentos comercializados por Merk y Bristol-Meyers Squibb con este fin, están siendo útiles para curar un pequeño porcentaje de tumores cutáneos y de pulmón, y que antes tenían un pronóstico mucho más difícil. La cifra de personas tratadas con ellos rondan los 600.000 pacientes.


Se trata de sistemas que funcionan a través de la supresión de frenos moleculares que normalmente previenen que las células T del cuerpo identifiquen al cáncer como enemigo, demostrando la utilidad del sistema inmunológico en el tratamiento de esta enfermedad. Ahora, las terapias con estas células están en una fase todavía experimental y especialmente dirigida al tratamiento de leucemia y linfoma, pero los científicos están trabajando en su desarrollo.

Sean Parker, tras perder a una amiga que luchaba contra un cáncer de mama, donó 50 millones de dólares para acelerar el desarrollo de las pruebas de la inmuunoterapia, la donación más grande hecha jamás en este terreno
De hecho, de los últimos en invertir en terapias inmunológicas para luchar contra el cáncer ha sido uno de los desarrolladores de Internet más multimillonarios, que fundó Napster y fue parte de Facebook, Sean Parker. Parker, tras perder a una amiga que luchaba contra un cáncer de mama (la productora de Hollywood Laura Ziskin), donó 50 millones de dólares para acelerar el desarrollo de las pruebas de la inmuunoterapia, la donación más grande hecha jamás en este terreno.

Con ello, pretende financiar seis nuevos “Institutos Parker” en la Universidad de Pensilvania (EEUU), el Centro MD Anderson del Cáncer, el Hospital Memorial Sloan Kettering en Nueva York y otras tres universidades. Su centro benéfico dispondrá de una plantilla principal de 50 profesionales y funcionará como las empresas biotecnológicas para patentar sus tratamientos e investigaciones y conceder licencias para su uso. Lo llaman “biofarmacia académica”.

Se espera que Parker y su equipo continúen con la línea de investigación de muchos científicos que en los últimos años han demostrado que desbloquear o “reclutar” las células inmunes del cuerpo puede hacerlas combatir e incluso evaporar, literalmente, algunos tipos de cáncer. Las investigaciones se centrarán ahora sobre hasta dónde y con qué rapidez podrá funcionar la inmunoterapia.
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