¿Qué es el HIFU y cómo puede revolucionar el tratamiento del cáncer?

La terapia de tumores sólidos con ultrasonido de alta intensidad permite provocar la muerte celular del tumor sin necesidad de cirugía y sin efectos secundarios.

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12 marzo 2016 | 00:01 h
¿Qué es el HIFU y cómo puede revolucionar el tratamiento del cáncer?
¿Qué es el HIFU y cómo puede revolucionar el tratamiento del cáncer?
En Europa, el cáncer es el causante, de forma directa o indirecta, de la mitad de las muertes en personas de mediana edad. Lo últimos datos sobre la incidencia del cáncer en España, ofrecidos por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), son de 2012 y reflejan que por cada 100.000 personas, se dan 215 casos de cáncer, una cifra que va en aumento. Teniendo en cuenta las previsiones demográficas proporcionadas por Naciones Unidas, se calcula que en 2020 se diagnosticarán 246.713 casos nuevos de cáncer en España, 98.000 mujeres y 149.000 hombres.

En general, el tratamiento de los tumores sólidos incluye extirpación quirúrgica del tumor seguida de un tratamiento complementario como la radioterapia, la quimioterapia o la terapia hormonal, o una combinación de éstos. Sin embargo, los tumores sólidos diagnosticados en estadios avanzados tienen peor pronóstico al disponerse de menos tratamientos de intención curativa.

El high-intensity focused ultrasonography consiste en focalizar la energía de un haz de ultrasonido de alta frecuencia en un volumen pequeño de tejido sin introducir ningún tipo de dispositivo o aguja en el paciente
Para mejorar el pronóstico en pacientes con tumores sólidos, se han desarrollado nuevas formas de tratamiento menos invasivas por ablación local, como el ultrasonido focalizado de alta intensidad, en inglés high-intensity focused ultrasonography (HIFU). Éste consiste en focalizar la energía de un haz de ultrasonido de alta frecuencia en un volumen pequeño de tejido sin introducir ningún tipo de dispositivo o aguja en el paciente.

Aunque hablar de ella como una “técnica nueva” no es del todo correcto. Su historia se remonta a los años 50 en Estados Unidos, donde empezaron las primeras investigaciones por parte de Lindstrom y los hermanos Fry en cerebros de animales. Posteriormente las corrientes chinas de medicina se sumaron a los americanos y fue en 1990 cuando llegó su aplicación real en pacientes.

La técnica “HIFU” se trata de un tratamiento mínimamente invasivo en el que se utiliza la ablación térmica para reducir el tamaño de los tejidos. Se aplican temperaturas entre -55ºC y -90ºC durante unos segundos en puntos focalizados para causar la muerte celular. La monitorización de los cambios de temperatura a través de la RMI proporciona imágenes tridimensionales en el tejido diana que permiten minimizar el riesgo de dañar tejidos adyacentes.


Esta terapia está considerada como mínimamente invasiva ya que para su aplicación no es necesaria la realización de intervenciones quirúrgicas convencionales ni la inserción de sondas en el tejido. Las potenciales ventajas de estas técnicas incluyen la reducción de la morbilidad y la posibilidad de tratar a pacientes de alto riesgo con salud precaria para soportar la cirugía convencional.

TIPOS DE TUMORES

El HIFU es una tecnología terapéutica emergente para el tratamiento de tumoraciones sólidas (benignas o malignas) de mama, renales y de páncreas, entre otras, pero actualmente la mayor experiencia se da en el tratamiento del cáncer hepático, de útero y de próstata.

Sin embargo, diversos estudios que han analizado la eficacia de éste sistema recopilando literatura científica sobre esta técnica y que han realizado pruebas a pequeña escala no han podido demostrar de forma rotunda su eficacia. Así, por ejemplo, un artículo publicado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCII), con un análisis de la técnica en mujeres con cáncer uterino, deducía que el tratamiento podía ser “coste-efectivo”, calculando un ahorro importante en estos casos.

Un artículo publicado por el Instituto de Salud Carlos III, con un análisis de la técnica en mujeres con cáncer uterino, deducía que el tratamiento podía ser “coste-efectivo”, calculando un ahorro importante en estos casos
Pero el mismo estudio determinaba que, “según los resultados de esta revisión sistemática, no se dispone de suficiente información sobre la eficacia/efectividad, la seguridad y el coste-efectividad del tratamiento con HIFU en tumores sólidos en comparación con otras alternativas terapéuticas (mínimamente invasivas o quirúrgicas)”.

Otro estudio realizado por el Consejo de Investigación Médica de Reino Unido y publicado en la prestigiosa revista The Lancet Oncology, sí se postulaba a favor de la eficacia del HIFU en cáncer de próstata. La investigación contó con 41 pacientes del Hospital de Londres a los que se les aplicó la técnica. En nueve de cada 10 casos no se observaron efectos secundarios y los pacientes estaban libres de cáncer 12 meses después del tratamiento.

El profesor Gillies McKenna, director del Instituto Gray para Radiación y Biología Oncológica, un centro de colaboración conjunta del MRC y la organización Cancer Research Uk, recibió positivamente los resultados y consideró que, “si estos prometedores resultados pueden confirmarse en un ensayo controlado y aleatorio, la terapia focalizada podría pronto convertirse en una alternativa razonable de tratamiento para el cáncer de próstata, igual que otras terapias eficaces comprobadas".

CASOS DE ÉXITO

El hecho de que lleve un par de décadas aplicándose en pacientes, sobre todo en Estados Unidos, no hace que el ultrasonido de alta intensidad esté extendido en el tratamiento de los hospitales españoles. Sí está, curiosamente, cada vez más extendido en cirugía estética, especialmente en liftings y en reducción de la grasa corporal, al menos tal y como lo anuncian algunas clínicas.

Pero en nuestro país ya ha habido algún caso de éxito. Uno de los últimos fue en marzo del año pasado, cuando un equipo de neurocirujanos liderados por Jordi Rumiá en el ResoFus Alomar de Barcelona (un centro especializado en el tratamiento con ultrasonidos), realizaron una intervención quirúrgica del cerebro con ultrasonidos y resonancia magnética sin necesidad de abrir el cráneo.


La paciente que fue sometida a la intervención tenía 66 años y padecía un temblor esencial en brazos y manos desde los 25 que se había agravado hasta impedirle casi cualquier acción. La operación se llevó a cabo colocando un casco-generador de ultrasonidos de alta intensidad que los focaliza en el área afectada. Luego se introdujo a la paciente en una resonancia magnética de 3 Teslas, el equipo con mayor potencia para el estudio morfológico del cuerpo humano, para guiar a los neurocirujanos que han actuado en su tálamo. Al terminar la intervención la paciente ya no tenía temblores y su evolución estaba siendo “altamente satisfactoria”.

Son más los centros en España que están empezando a utilizar el HIFU para tratar a sus pacientes. Sin embargo, pasará tiempo hasta que se encuentren nuevas evidencias y pueda decirse que se trata de una técnica extendida ampliamente en el país.
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