La mano biónica con sentido del tacto ya es una realidad

Un grupo multidisciplinar de especialistas de Italia, Suiza y Alemania ha implantado la primera prótesis con sentido del tacto que se puede usar fuera de un laboratorio.

El cerebro identifica las imágenes de prótesis como miembros reales
El cerebro identifica las imágenes de prótesis como miembros reales
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4 enero 2018 | 13:00 h

Un equipo de científicos de la ciudad de Roma (Italia) ha presentado la primera mano biónica con sentido del tacto que se puede usar fuera de un laboratorio. La receptora de este artilugio, Almerina Mascarello, una paciente que perdió su mano izquierda en un accidente hace casi quince años, ha asegurado que "es como si volviese a disponer de mi mano".

Las investigaciones se remontan a 2014, cuando el mismo grupo de especialistas, de carácter multidisciplinar, desarrolló la primera extremidad biónica con sentido del tacto del planeta. Sin embargo, las tecnologías sensoriales y el sistema informático al que estaban vinculadas era demasiado grande para probarlo lejos del laboratorio.

"Finalmente puedo hacer cosas en mi día a día que antes eran muy complicadas, como vestirme o ponerme los zapatos. Todo son acciones mundanas, pero hacen que te sientas completo"

Ahora, los expertos han sido capaces de adaptar este mecanismo a una escala mucho más pequeña, tanto como para ser transportada en una mochila, lo que le ha convertido en un sistema portátil. Un equipo de desarrollo que está integrado por neurocientíficos, cirujanos, ingenieros y especialistas en electrónica y robótica de Italia, Suiza y Alemania.

CÓMO FUNCIONA

Atendiendo a detalles concretos, esta prótesis integra una serie de sensores que son capaces de detectar si un objeto es duro o blando. Una vez que recopilan la información, estos sistemas envían los datos a tecnología portátil que carga la mochila, momento en el que el ordenador convierte los mensajes en un lenguaje que el cerebro es capaz de comprender.

Mano bionica interior 

Por último, la información se transmite al cerebro de Almerina a través de unos pequeños electrodos implantados en los nervios de la parte superior del brazo. En las pruebas la paciente, que tenía los ojos vendados, fue capaz de averiguar si el objeto que tenía en su mano biónica era duro o blando.

"La sensación es muy realista, tanto como si fuera mi mano real", afirma Almerina Mascarello. "Finalmente puedo hacer cosas en mi día a día que antes eran muy complicadas, como vestirme o ponerme los zapatos. Todo son acciones mundanas, pero hacen que te sientas completo", concluye.

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