Los glóbulos rojos, al servicio de la administración de medicamentos

Un equipo de investigadores de la Universidad McMaster (Canadá) ha desarrollado una forma de vaciar los glóbulos rojos, llenarlos con fármacos, conectar un mecanismo de referencia y enviarlos a buscar objetivos específicos.

La aterosclerosis tiene una alta prevalencia en la sociedad (Foto: Pixabay)
La aterosclerosis tiene una alta prevalencia en la sociedad (Foto: Pixabay)
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21 enero 2020 | 00:00 h

Un gran número de las enfermedades que existen a día de hoy no reciben un tratamiento adecuado. Esta situación no se produce por el hecho de no existir medicamentos, sino por no existir una manera precisa de administrar estos fármacos a los puntos del organismo deseados. 

Son muchas y muy variadas las investigaciones que han impulsado vasos sintéticos que los especialistas han creado para transportar fármacos a tumores, infecciones y otro tipo de enfermedades. Sin embargo, estos tienden a ser sospechosos para el sistema inmune y, a menudo, no terminan funcionando en el seno del organismo como se esperaba.

"Creemos que podrían funcionar como perfectos portadores silenciosos de medicamentos, siendo más astutos que nuestro sistema inmunológico"

Conscientes de esta situación, un equipo de investigadores de la Universidad McMaster (Canadá) ha desarrollado una forma de vaciar los glóbulos rojos, llenarlos con fármacos, conectar un mecanismo de referencia y enviarlos a buscar objetivos específicos.

"Llamamos a estos glóbulos rojos superhumanos", ha dicho Maikel Rheinstädter, uno de los asesores del estudio. "Creemos que podrían funcionar como perfectos portadores silenciosos de medicamentos, siendo más astutos que nuestro sistema inmunológico", ha añadido.

Para lograr esta situación, el equipo modificó la superficie de los glóbulos rojos para adherirse a ciertos tejidos, órganos o bacterias. En el proceso, pudieron reemplazar el interior molecular de los glóbulos rojos con compuestos farmacológicos y reconstruir las membranas celulares para que, nuevamente, parezcan células sanguíneas normales. Unas construcciones celulares modificadas que se pueden inyectar en el cuerpo sin desencadenar una respuesta inmune.

Sebastian Himbert, autor principal de las pesquinas, ha manifestado lo siguiente: "Hemos combinado material sintético con material biológico y hemos creado una nueva estructura, que nunca antes se había hecho de esta manera".

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