Terapias con animales en ancianos: “Vemos expresiones de amor que a veces necesitan dar y recibir”

Las terapias asistidas con animales en personas mayores mejorar la salud y el bienestar físico, mental y emocional de los ancianos

Terapia asistida con animales en ancianos. (Foto: Freepik)
Terapia asistida con animales en ancianos. (Foto: Freepik)
Itziar Pintado
11 octubre 2023 | 13:00 h

Las terapias asistidas con animales son la herramienta terapéutica que más está creciendo en los últimos años en centros de mayores. En 2050 la población mundial de personas mayores se habrá duplicado y alcanzará los 2.000 millones, según datos ofrecidos por la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).

El vínculo entre los animales y las personas se ha estrechado en los últimos años y cada vez son más los hogares que tienen o desean un animal de compañía. Especialmente, esta necesidad se ve incrementada en los grupos de edad más envejecidos, donde algunos animales, especialmente los perros, sirven como una fuente de beneficio psicológico y emocional.

En concreto, según datos de la cátedra, la convivencia con un animal reduce hasta un 75% los problemas de salud físicos, mentales y emocionales de las personas de tercera edad. Estas terapias no solo están muy bien aceptadas entre las personas mayores, también “las aprecian mucho y las demandan, y cuando las conocen, quieren que los perros vayan a visitarles para estar con ellos”, explica en una entrevista para Animalcare, Nuria Máximo, directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC.

“El tiempo estipulado dependerá del bienestar del perro y de las condiciones de la persona para poder estar atenta y conectada a la sesión”

Estas terapias están a disposición de “cualquier persona de la tercera edad que de entrada le motive y le guste estar con animales, o al menos le apetezca probar”, afirma Máximo. Además, estos encuentros siempre buscan el bienestar de ambos por lo que “el tiempo estipulado dependerá del bienestar del perro y de las condiciones de la persona para poder estar atenta y conectada a la sesión”, añade, aunque de media, una sesión “puede durar unos 45 minutos”.

Sin embargo, algunos grupos de pacientes son clave para disfrutar de estas terapias. En concreto, las personas que sufren demencia, enfermedades crónicas o algún problema físico pueden encontrar una fuente de apoyo que beneficie el estado de su patología.

Los ancianos también podrán optar por "actividades de reminiscencia, es decir, donde se trabajen los procesos de memoria como la evocación u otras funciones cognitivas como la atención”

Las actividades son variadas y diseñadas para el paciente como aquellas que ayudan a “estimular la comunicación o la relación social en grupo, dos aspectos que la ciencia abala con este tipo de intervenciones asistidas con perros”, subraya la directora de la Cátedra. Asimismo, los ancianos pueden disfrutar de “actividades de reminiscencia, es decir, donde se trabajen los procesos de memoria como la evocación u otras funciones cognitivas como la atención”, añade.

Sin embargo, además de ser una herramienta para mejorar la salud física de las personas mayores, el estado emocional mejora significativamente gracias a estas terapias. Máximo habla de “la parte emocional que muchas veces despiertan los perros: vemos sonrisas, y expresiones de amor que tantas veces necesitan dar y recibir”.

PERFIL DEL PERRO DE ASISTENCIA

“No hay ninguna raza especial”, reconoce la directora de la cátedra. Los canes que participan en estas terapias no siguen un perfil establecido, solo es necesario que disfrute de la asistencia y que se establezca una buena relación entre perro y guía.

“Todo depende de las características individuales. El perro ideal es aquel que disfruta de la relación con las personas y especialmente del colectivo donde trabaja, con interés y gusto por aprender con una relación excelente de seguridad con su guía y por supuesto que esté sano física y emocionalmente”, indica Máximo.

Estos perros "son felices con estas interacciones, lo que contribuye a mejorar, en consecuencia, la salud y bienestar de los participantes"

Sin embargo, según explican desde la Cátedra, "son perros de terapia preparados y seleccionados específicamente para integrarse dentro de un programa terapéutico o educativo; por lo que son animales entrenados para poder llevar a cabo este tipo de tareas, con una constitución y edad apropiadas y con aptitudes y habilidades adecuadas y que, además, son felices con estas interacciones, lo que contribuye a mejorar, en consecuencia, la salud y bienestar de los participantes".

Desde la Cátedra, mediante "programas pioneros", realizan terapias en hospitales, con personas que presentan patologías como enfermedades oncológicas o mentales, o aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad social. No obstante, Nuria Máximo recuerda que "es necesario encontrar fuentes de financiación de empresas o particulares que nos acompañen y nos sustenten con nuevos fondos con el compromiso de nuestros valores".

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