Atención a la fauna salvaje en centros de recuperación: “El objetivo es devolverles a la naturaleza”

Esta es la labor de GREFA, una ONG compuesta de voluntarios especializados en fauna salvaje que dedican su atención a la fauna autóctona

Águia imperial recibiendo atención veterinaria para su recuperación. (Foto: GREFA)
Águia imperial recibiendo atención veterinaria para su recuperación. (Foto: GREFA)
Itziar Pintado
13 marzo 2024 | 13:25 h
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La fauna salvaje se enfrenta, en numerosas ocasiones, a los riesgos propios de vivir en la naturaleza. Otras veces, los animales salvajes se ven expuestos a las amenazas más comunes y relevantes en nuestra biodiversidad. Estas pueden ser la electrocución en tendidos eléctricos, los atropellos en las carreteras o los disparos. Precisamente de estos accidentes se encarga el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA), que solo en 2023 registró 7.166 ingresos de fauna salvaje en su centro de Majadahonda.

Esta ONG ha atendido a más de 60.000 animales desde su creación. Sin embargo, los datos de los últimos años son significativos. En los últimos tres años, el centro ha realizado 22.000 ingresos de animales. Además, en 2023, GREFA ha alcanzado el tercer mayor número de ingresos registrado desde 2013. Estos animales son salvajes y autóctonos, y la mayoría de ellos, en torno al 94% de los animales que ingresan, son aves.

“Las aves tienen costumbres más visibles y un comportamiento menos esquivo que algunos mamíferos”, explica en una entrevista para Animalcare, José Antonio Montero, responsable de comunicación en GREFA, especializado en naturaleza y medio ambiente. Por este motivo, resulta más sencillo identificar quienes de ellas pueden tener un problema y necesitar atención en centros como GREFA. “Lo más común es que las personas se encuentren con mayor frecuencia aves heridas o con lesiones en el medio natural”, añade.

El mayor número de ingresos se produjo en junio y julio, época que coincide con la cría de muchas especies

Por otra parte, de los animales atendidos en 2023, el 4% fueron mamíferos y el 2% restante fueron reptiles y anfibios. Además, el mayor número de ingresos se produjo en junio y julio, época que coincide con la cría de muchas especies. Para su merecida recuperación, este Hospital de Fauna Salvaje cuenta con veterinarios, biólogos y naturalistas, entre otros, que atienden voluntariamente las necesidades de todos los animales.

Estas necesidades pueden ser lesiones, traumatismos u otros problemas causados, muchas veces, por la actividad humana e incluso delitos, como explica Montero. También se dan casos en los que los animales no pueden vivir en libertad por sus propios medios. “Es un caso muy común el de los pollos que todavía no saben volar y no pueden procurarse comida por sí mismos”, comenta.

Águila perdicera en revisión oftalmológica

Cuando estos animales ingresan en el hospital disponen de toda la atención que precisan. Los pasos a seguir son la creación de su ficha de ingreso y la atención que necesiten dependiendo de la gravedad de la lesión, daño o cualquier problema que presenten. Con todo esto, “el objetivo final es devolverles a la naturaleza”, puntualiza el portavoz, “que es de donde vinieron”, añade.

“Casi un millar de los ingresos correspondieron a especies catalogadas como amenazadas a escala estatal o de la Comunidad de Madrid”

A esto hay que sumarle la labor de hospitales como GREFA en la protección de especies amenazadas. “De los más de 7.000 animales que fueron atendidos en 2023, casi el 90% pertenecían a especies legalmente protegidas”, afirman desde el centro. “Casi un millar de los ingresos correspondieron a especies catalogadas como amenazadas a escala estatal o de la Comunidad de Madrid”, señalan.

Dentro de la Comunidad de Madrid, indica Montero, podría señalarse el águila imperial. “No solamente es una especie amenazada en España, sino también en el mundo”, subraya, “y en Madrid hay una población silvestre muy importante de águila imperial”, añade. Esta especie ha sido una de las más trabajadas a lo largo de estos años en GREFA. “Es una especie que se ha visto muy afectada por las electrocuciones de los tendidos eléctricos”, pone de relieve.

Estos accidentes se han ido corrigiendo con el paso del tiempo, sostiene Montero, aunque se siguen produciendo casos. Sin embargo, en lo que a la intervención humana se refiere, cada vez hay más conciencia social acerca del cuidado de estos animales. “Un dato que refleja la creciente concienciación social hacia la fauna salvaje más necesitada de atención, que en muchos casos es hallada en zonas urbanas o en el entorno de nuestras ciudades, es que algo más del 60% de los ingresos fueron ejemplares trasladados a GREFA por la propia ciudadanía”, indican desde GREFA. “Antes no existía tanta implicación e incluso en algunos ámbitos se perseguía la fauna salvaje. Ahora todo eso ha cambiado”, concluye Montero.

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