Un ex Navy SEAL ha demandado al gigante farmacéutico Hoffman-LaRoche por su medicamento contra la malaria, Lariam, alegando que lo dejó permanentemente discapacitado. Andrew Sheets, que sirvió en la Armada desde 2000 hasta 2006, tomó la medicación mientras servía en Afganistán.
El afectado, según recoge Legalscoops, asegura que desde Roche eran conscientes de que el fármaco podría causar efectos secundarios psiquiátricos y neurológicos y aun así no advirtió a los pacientes sobre el riesgo.
El paciente experimentó paranoia extrema, psoriasis, ansiedad, alucinaciones y pensamientos suicidas tras tomar el medicamento
La paralasis no es el único efecto secundario que ha experimentado. Asegura que haber tenido “pesadillas violentas y trágicas” después de la primera toma en 2003. Igualmente desarrollo paranoia extrema, psoriasis, ansiedad, alucinaciones y pensamientos suicidas.
Según los documentos judiciales, "en febrero de 2017, el médico tratante finalmente describió a Sheets como discapacitado permanente debido a sus trastornos mentales debilitantes relacionados con el Lariam".
En 2004 el Departamento de Asuntos de Veteranos instó a los médicos a dejar de recetar Lariam después de recibir informes de paranoia, alucinaciones y psicosis en algunos pacientes. En 2013, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) colocó una advertencia de "caja negra", la etiqueta de advertencia más fuerte, para informar a los pacientes sobre sus efectos secundarios potencialmente peligrosos y permanentes.