Según apunta la sentencia, el juzgado ha determinado que “la falta de una exploración neurológica reglada” y la demora del diagnóstico influyeron “negativamente y de forma muy importante en todos los aspectos de la vida del paciente: personal, familiar, social y laboral”.
"El retraso en el diagnóstico influyó negativamente y de forma muy importante en todos los aspectos de la vida del paciente"
Todo se remonta a 1993 cuando el paciente de 20 años de edad acudió a uno de los Centros Médicos de Sanitas donde, sin exploración neurológica perceptiva, aseguraron que no padecía anomalías orgánicas. En lo sucesivo se le fue diagnosticando “temblor esencial” y “trastorno conversivo”, para lo que le prescribieron varios medicamentos.Durante los años 2000, 2001, 2002 y 2003 mantuvieron dicho diagnóstico y fue catalogado en las consultas como enfermo psiquiátrico; entre 2006 y 2008 sumó hasta 27 consultas médicas sin que el pronóstico variase.
Así, hasta que en enero de 2008 ingresó en un Centro Psiquiátrico en el que tras no mejorar le realizaron una exploración neurológica que concluyó que no padecía ningún cuadro conversivo, sino la enfermedad de Párkinson.
Con un nuevo tratamiento, adecuado a la patología, los temblores fueron cesando y mejoró su movilidad. Aunque por todo ello, el fallo, que es recurrible, estima parcialmente la demanda y fija los 260.000 euros de indemnización por todo el daño sufrido, así como los intereses del artículo 20 Ley del Contrato de Seguro, desde marzo de 2010.
ECSalud.com ha podido hablar con Pablo Alarcón Cánovas, director de comunicación externa de Sanitas, quien ha explicado que por el momento no van a hacer valoraciones sobre esta sentencia, ya que se encuentra en manos de su departamento legal.
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es