La publicación de las transferencias de valor entre la industria farmacéutica y las organizaciones y profesionales sanitarios es una medida voluntaria que responde a una clarísima demanda actual de nuestra sociedad.
Sin embargo, hay compañías que gastan gran parte de sus ingresos en pagar a médicos y a organizaciones sanitarias. Sin ir más lejos, la compañía farmacéutica suiza Roche ha gastado 47,6 millones de euros en pagar a médicos durante el año 2018. Así, un total de 4.234 médicos y 324 organizaciones sanitarias recibieron dinero por parte de la farmacéutica.
Un total de 4.234 médicos y 324 organizaciones sanitarias recibieron dinero por parte de la farmacéutica
Roche no solo ha sido la compañía farmacéutica que más dinero se ha gastado en 2018 en pagar a médicos, sino también la que más variación interanual registra en transferencias de valor. De hecho, aumentó un 21,4% su dinero destinado a transferencias de valor si lo comparamos con el año 2017.
Pero, parece que la compañía se preocupa más por mejorar la imagen de marca que por la situación de los trabajadores. Sin ir más lejos, el pasado año precisamente no fue un buen año para Roche que no dejó de acumular problemas y preocupaciones.
CIERRE DE PLANTAS E INVESTIGACIONES
Rusia abrió una investigación penal contra algunos de sus exempleados por su supuesta implicación en la venta ilegal de fármacos contra el cáncer.
Asimismo, Hemlibra, su fármaco para prevenir episodios de sangrado en pacientes con hemofilia A, fue relacionado con la muerte de cinco pacientes; y seguidamente, Reino Unido rechazó el fármaco de la compañía indicado para la esclerosis múltiple, Ocrevus.
A lo largo del año, la farmacéutica suiza también se topó con la justicia estadounidense. Y es que, precisamente, Roche junto con otras compañías como Pfizer y General Electric fueron acusadas de financiar al terrorismo iraquí.
También tuvieron cabida los despidos de trabajadores en Genentech, una unidad de la compañía farmacéutica. En este caso, la filial despidió a 223 empleados que realizaban sus funciones en California.
De igual modo, la compañía también fue cuestionada por el precio de sus medicamentos oncológicos por ser demasiado elevados y fue acusada de difundir supuestamente "información falsa y engañosa" para sembrar confusión sobre los biosimilares en Estados Unidos.
El cierre de plantas también ha sido protagonista en los últimos años de reveses para Roche. A finales de 2017, la compañía anunció el cierre de la planta de producción de medicamentos de Toluca en el Estado de México, afectando a cerca de 400 trabajadores.
Este cierre se sumó al de la planta de Leganés, en Madrid, así como a la intención de desprenderse también de las plantas de Carecastle (Irlanda), Florence (Estados Unidos) y Segrate (Italia).