Bioestimuladores de colágeno: el tratamiento que devuelve la firmeza y elasticidad a la piel

Es distinto al tratamiento de relleno dérmico, pues aunque se utilizan los mismos ingredientes activos, tienen distintas formulaciones para formentar la producción de colágeno natural

Tratamiento facial con aguja (Foto. Freepik)
Tratamiento facial con aguja (Foto. Freepik)
Verónica Serrano
12 marzo 2024 | 11:00 h

Con el paso del tiempo, la piel va perdiendo su tersura. Sin embargo, durante ese proceso, además de seguir una rutina de cuidados diaria, podemos recurrir a los tratamientos de Medicina Estética para trabajar la síntesis de colágeno y elastina en la piel, las proteínas encargadas de darle firmeza. En función de las necesidades de cada paciente, barajaremos unas soluciones u otras con el especialista, pero para lograr la regeneración y el rejuvenecimiento del cutis, una de las opciones más planteadas son los bioestimuladores de colágeno.

Antes de adentrarnos en el mundo de los bioestimuladores de colágeno, conviene recordar que el colágeno es una sustancia presente de forma natural en la dermis. En concreto, es una proteína que se une creando hélices bajo la piel, para así estirarla y darle firmeza. Unos correctos niveles de colágeno mantienen el tejido cutáneo en un estado más saludable y resistente a los agentes externos. Sin embargo, con el paso del tiempo el cuerpo disminuye progresivamente su producción, causando un impacto directo sobre la piel: aparece la flacidez, se van marcando las arrugas y existe menos protección frente a los agentes externos, como los rayos solares o los factores ambientales.

¿QUÉ SON LOS BIOESTIMULADORES DE COLÁGENO?

Los tratamientos bioestimuladores de colágeno son una solución innovadora contra la pérdida de colágeno. Tienen como objetivo estimular la producción de colágeno natural en la piel, dejando así un cutis más suave y firme, retrasando las arrugas. Por ello, son tratamientos indicados a partir de los 25-30 años en el caso de la mujer y de los 30-35 en el hombre, pues a estas edades es cuando comienza a disminuir la síntesis de esta proteína. No se trata de la inducción de colágeno externo, sino que los bioestimuladores utilizan principios activos que estimulan la producción de colágeno en la piel de forma natural. De ahí que su nombre haga referencia a la ‘estimulación’.

El colágeno producido por el organismo es mucho más eficaz y duradero que el que ofrecen otros tratamientos que utilizan colágeno de origen animal o sintético

Se habla de esta opción de tratamiento como una de las más revolucionarias del sector, ya que el colágeno producido por el organismo es mucho más eficaz y duradero que el que ofrecen otros tratamientos que utilizan colágeno de origen animal o sintético. Además, no genera rechazo ni reacciones alérgicas, al ser propio. Por lo tanto, es un tratamiento regenerador que vuelve a la piel más firme y elástica, que retrasa la aparición de las arrugas y que deja un cutis de aspecto más joven y saludable. Otro de los beneficios es que mejora la hidratación de la piel y repara la piel dañada, por ejemplo, por el acné, cicatrices o manchas.

TIPOS DE BIOESTIMULADORES DE COLÁGENO

Será el especialista el que, tras una evaluación de la piel del paciente, determine cuál es la cantidad adecuada a aplicar del bioestimulador seleccionado. Esa aplicación se realiza con la incisión en la dermis mediante una aguja, de tal forma que el ingrediente alcance a las células de la piel para su reparación. Veamos cuáles son los tipos de bioestimuladores que se utilizan:

  • Ácido hialurónico: este ingrediente se puede formular para inyectarse en la piel y aportar hidratación, mejorar su textura y luminosidad, más allá del relleno estético que es reabsorbido por el cuerpo.
  • Ácido poliláctico: es un polímero capaz de estimular la producción de colágeno.
  • Péptidos bioestimuladores de colágeno: moléculas pequeñas que penetran en la piel y que se utilizan, además, en muchos productos cosméticos.
  • Policaprolactona: es otro polímero que favorece la síntesis de colágeno en la dermis de forma progresiva.
  • Hidroxiapatita cálcica: mineral biocompatible presente en los huesos capaz de tratar la flacidez de la piel.
  • Terapia con microagujas y radiofrecuencia: las microagujas penetran en la piel, enviando radiofrecuencia que calienta el tejido durante microsegundos para favorecer su regeneración. Esta radiofrecuencia genera una inflamación controlada de la piel para que esa reacción estimule la síntesis de colágeno.

Algunas de estas sustancias se utilizan como relleno dérmico, como es el caso del ácido hialurónico. Pero el tratamiento bioestimulador es diferente a un relleno. En concreto, los bioestimuladores favorecen que el organismo cree colágeno. En cambio, el material de relleno se utiliza como inyectable para rellenar la piel y, con el paso del tiempo, es reabsorbido por el cuerpo y desaparecen sus efectos.

RESULTADOS Y POST-TRATAMIENTO

Los resultados de los bioestimuladores de colágeno no son inmediatos, al contrario que con el relleno dérmico. En este caso, pueden ser necesarias varias semanas o incluso meses para apreciar los efectos. Además, pueden necesitarse varias sesiones para conseguir el resultado óptimo. Eso sí, sus resultados se pueden prolongar hasta 2 años, dependiendo del ingrediente utilizado y de las particularidades del paciente.

El colágeno es la proteína encargada de dar firmeza y elasticidad a la piel

Respecto al post-tratamiento, la rutina de cuidados cobra especial protagonismo para mantener la salud de la piel y contribuir a la síntesis de colágeno natural. Por ello, es recomendable beber mucha agua y aplicar regularmente productos hidratantes en la piel. Además de la hidratación, es importante el uso de la fotoprotección, ya que la exposición solar degrada el colágeno y afecta negativamente a los resultados del tratamiento. Se aconseja el uso de protector solar con un alto factor de protección solar (FPS) para proteger la piel y preservar el colágeno adecuado.

Adicionalmente, conviene mantener una dieta equilibrada rica en proteínas y vitamina C, ya que ambos son esenciales para la producción de colágeno. La vitamina C es un poderoso antioxidante que ayuda a proteger la piel de los radicales libres que pueden dañar las células de la piel y degradar el colágeno, mientras que las proteínas proporcionan los aminoácidos necesarios para la creación de ese nuevo colágeno. Alimentos como el pescado, las carnes magras, los cítricos y los frutos rojos son fuentes ricas en estos nutrientes.

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