¿Sabías que una mala postura corporal afecta al envejecimiento facial? Te lo contamos

Con el paso de los años, una buena postura al sentarse puede ralentizar los signos de envejecimiento en rostro y cuello

Mujer estirando su espalda (Foto. Freepik)
Mujer estirando su espalda (Foto. Freepik)
Verónica Serrano
10 junio 2023 | 22:00 h

Desde que somos pequeños, siempre nos han dicho que debemos mantener una buena postura corporal y según vamos creciendo, entendemos que efectivamente puede ahorrarnos muchos dolores de espalda. Pero mantenernos erguidos no sólo es bueno para la salud de nuestra estructura ósea y muscular, pues también puede minimizar el impacto del envejecimiento en todos los elementos de nuestro cuerpo, incluida nuestra piel.

Aunque lo tomemos como algo difícil, con constancia y dedicación podemos corregir nuestra postura. Yvette Pons, facialista y fundadora del instituto de estética Yvette Pons Institut Sublim, explica que cuidar nuestra postura permite una buena alineación de nuestro cuerpo, de tal modo que se reduce la tensión muscular y articular, así como se mantiene una correcta circulación sanguínea.

Y te preguntarás: ¿cómo se consigue una buena postura? Pues bien, se trata de mantener la cabeza en línea con los hombros y la cadera, manteniendo en línea recta el eje gravitatorio del cuerpo. Para que te sea más fácil, puedes guiarte con la zona media de tu oreja, alineándola con el hombro, el hueso pélvico, el lateral de la rodilla y el tobillo. La experta reconoce que al principio puede ser difícil, “pero con la práctica regular y la conciencia de tu cuerpo, se puede mejorar y prevenir los efectos del envejecimiento y la flacidez en la piel”.

¿CÓMO AFECTA UNA MALA POSTURA A MI PIEL?

Mantener una mala postura y no corregirla con el paso de los años genera cambios en los músculos y en el esqueleto, como por ejemplo, la aparición de las temidas chepas. Pero estos cambios tienen otros efectos en nuestro interior, como bloqueos circulatorios sanguíneos y linfáticos, hipertensiones musculares (causantes de la fibrosis) y cambios morfológicos-esqueléticos. Todos ellos arrastran a la musculatura y a la piel, originando pliegues y descolgamiento.

Una buena postura consiste en alinear la cabeza con hombros y cadera

Si la colocación del cuerpo no mantiene la higiene de la que hablamos y es más acusada en la parte posterior, el tercio superior del rostro envejecerá antes. En cambio, si nuestra mala postura afecta antes a la parte anterior del cuerpo, los efectos se notarán antes en el cuello, pectorales y abdominales por la acumulación de tensión. Consecuentemente, el descolgamiento comenzará por estas zonas.

CONSEJOS PARA ADOPTAR UNA BUENA POSTURA

Para garantizar la completa alineación corporal que caracteriza una buena pose, puedes apoyarte contra una pared, con talones, gemelos, glúteos, escápulas y parte posterior en contacto directo con la superficie. Así estirarás toda tu estructura. Además, conviene no pasar demasiado tiempo de pie o sentado, intenta moverte o cambiar de posición de vez en cuando.

Si pasas sentada muchas horas de tu día a día, debes prestar atención a que tus pies estén siempre en contacto con el suelo, con las rodillas un poco más bajas que la cadera. Intenta también que los isquios (huesos que tenemos en los glúteos) estén apoyados en el asiento y que las escápulas estén apoyadas en el respaldo del asiento, no así las lumbares.

En caso de que trabajes frente al ordenador, coloca la pantalla a la altura de los ojos para evitar no forzar la cabeza hacia adelante. Y es muy importante que tus antebrazos estén apoyados, así que aproxima tu silla lo máximo posible a la mesa, formando un ángulo de 90 grados. Si por el contrario, utilizas muchos dispositivos electrónicos, alinea tus cervicales con los hombros, manteniendo la cabeza erguida.

Cuando estés sentada, cuida de que tus pies estén en contcato con el suelo

¿Y cuando caminamos? Cada cuerpo es diferente y tiene unas necesidades específicas, pero existen algunas recomendaciones generales:

- Relaja los hombros hacia abajo y hacia atrás para eliminar la tensión. Abre el pecho y contrae el abdomen.

- Mientras caminas, lleva los pies en paralelo y a la misma distancia, pisando con el talón y cogiendo impulso con los dedos hacia atrás. ¡Asegúrate de que tu pisada sea completa!

- Balancea tus brazos de forma natural, doblando los codos a 90 grados y equilibrándote con ellos.

- Tensa el glúteo con cada paso para aprovechar el ejercicio físico y tonificar.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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