Al llegar la primavera, nuestra tez sigue en ‘modo invernal', es decir, apagada y grisácea. Para contrarrestar este efecto, la esteticista Monserrat Quirós ha creado el tratamiento Metamorfosis fase, un ritual que devuelve la luz, unifica el tono y reduce las manchas, al tiempo que se puede personalizar en función de tres necesidades específicas: renovar, rellenar y calmar.
Posteriormente se realiza un peeling, también manual, mediante un suero trifásico que combina diferentes ácidos naturales. De esta manera, se produce un decapado extremadamente suave y la tez queda bonita y uniforme.
Sobre esta base común, el ritual se puede adaptar en función de diferentes objetivos: renovar (tratar poros, líneas finas de expresión y tono), rellenar (trabajar arrugas, falta de densidad y flacidez) o calmar (específico para pieles sensibles o irritadas). En caso de tener problemáticas cruzadas, el ritual se realizaría en ‘mosaico' prestando atención a las necesidades específicas de cada zona del rostro.
La base de esta cura reside en unos polvos hidrolizados específicos para cada casuística que se emulsionan con agua tratante, de manera que se transforman en complejos activos muy poderosos, que penetran en profundidad gracias a un manípulo de luz LED. Si el rostro presenta flacidez, después se utilizará un guante de bioestimulación que producirá una contracción muscular y, por tanto, una mejor definición del ovalo y los tejidos faciales.
Una vez terminado este paso, se aplicará una mascarilla de biocelulosa con una alta concentración de ácido hialurónico y colágeno que dejará el rostro con una textura fresca y confortable. Se finalizará con una crema de tratamiento personalizado en función cada caso.
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