¿Cómo entrenar con bajas temperaturas?

Entrenar en invierno ayuda a reforzar el sistema inmunológico, aumenta la capacidad cardiaca y mejora de manera global nuestro estado de ánimo.

Entrenamiento y frío (Foto. Freepik)
Entrenamiento y frío (Foto. Freepik)
Estetic
27 diciembre 2021 | 15:00 h

Todos hemos oído alguna vez que el frio obliga a nuestro cuerpo a mantener su temperatura estable como animales de sangre caliente que somos, invirtiendo para ello una mayor quema de calorías. Sin embargo, las temperaturas bajas también nos invitan a consumir alimentos y platos más contundentes y ricos en hidratos y grasa.

Es aquí donde la biología nos ofrece una original dicotomía invernal, ayudándonos a quemar más calorías por un lado, pero llevándonos instintivamente a consumir más por medio de la alimentación para contrarrestarlo.

Según explican los expertos de Reto 38, sabiendo esto, parece fácil llegar a la conclusión de que, controlando nuestro instinto de acumulación de grasa, tendremos todo a nuestro favor para salir beneficiados de tal tesitura, pero, siendo realistas, es en el entrenamiento en el que debemos poner nuestro esfuerzo para conseguirlo aprovechando el aumento del metabolismo que nos regala hacerlo con frío.

El frio obliga a nuestro organismo a quemar más calorías para mantener nuestra temperatura, algo debido en mayor medida a la constricción arterial periférica, responsable de la palidez que nos provocan las bajas temperaturas al enviar el organismo toda la sangre posible al interior del cuerpo como mecanismo de protección de los órganos vitales. 

El frio obliga a nuestro organismo a quemar más calorías para mantener nuestra temperatura, algo debido en mayor medida a la constricción arterial periférica

Para entrar en calor, el organismo precisa de una mayor inversión calórica, que se mantiene alta durante el entrenamiento para estabilizarla.

Entrenar en invierno ayuda a reforzar el sistema inmunológico, aumenta la capacidad cardiaca y mejora de manera global nuestro estado de ánimo.

Mejora la circulación periférica, que se ve ralentizada de manera natural con las bajas temperaturas, y vemos a simple vista en forma de palidez y sequedad en la piel por la menor cantidad de riego y, por tanto, de oxígeno y nutrientes.

ANTES Y DESPUÉS DE ENTRENAR CON FRÍO

Ya sea en interior o exterior, la ropa deportiva debe abrigarnos, pero no agobiarnos, para lo que buscaremos prendas de manga y pierna larga de materiales técnicos transpirables adecuados y/o algodón natural. Gorros, bufandas y guantes serán solo necesarios si las temperaturas son inferiores a los 3º y solo en exterior.

La hidratación sigue siendo básica para ofrecer al organismo un reservorio hídrico óptimo durante el entrenamiento, aunque el frío suele confundir a la sed y solemos beber menos con frío, por lo que deberemos beber suficientes líquidos (agua o zumos naturales) las horas previas.

Los estiramientos deben siguen siendo prioritarios con frio, tanto antes como después del entrenamiento, ya que las bajas temperaturas tienden a contraer las fibras musculares y, por tanto, no hacerlos acarrea mayor riesgo de lesiones.

La ducha e higiene tras el entrenamiento en invierno no debe hacerse con agua muy caliente sino templada ya que, a pesar de la relajación y efecto sedativo que ofrece a la musculatura, ralentiza su correcto enfriamiento progresivo y favorece la deshidratación de la piel y la posible rotura de capilares epidérmicos.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído