La dismorfia dental es un trastorno obsesivo basado en una obsesión casi irracional con la apariencia de la boca. Los pacientes que lo padecen pueden llegar a sentir incluso angustia ante cualquier defecto visible en sus dientes y encías.
''Es tan obsesiva que incluso el paciente puede llegar a gastar mucho dinero en tratamientos que no necesita y que pueden crearle problemas a largo plazo. Por ello, es fundamental el papel del odontólogo de confianza para aconsejar los tratamientos dentales necesarios y los que no lo son por no padecer realmente patologías'', señala Daniela Carranza, odontóloga y co-directora de Instituto Profesor Sada.
''Es muy común que estos pacientes se sientan insatisfechos tras tratamientos dentales como la ortodoncia o el blanqueamiento. Sienten la necesidad de comenzar otros, y los resultados parecen ser siempre insuficientes. La dismorfia dental puede incluso llegar a provocar ansiedad en algunos pacientes'', señala la experta.
Los pacientes que la padecen pueden llegar a sentir incluso angustia ante cualquier defecto visible en sus dientes y encías
Pero, ¿este trastorno es frecuente o solo la sufre una pequeña parte de la población? La dismorfia dental es poco común. Está relacionada con la preocupación obsesiva por la apariencia física (con trastornos más conocidos como la anorexia o la bulimia). Esta patología se puede extrapolar a partes más concretas del cuerpo, como la boca. Por ello, las personas que sufren dismorfia dental suelen tener otros complejos con su cuerpo.
¿Cómo saber si se padece dismorfia dental? ¿Cuáles son los síntomas que caracterizan este trastorno? ''Hay varias señales para detectarlo. La principal es el sufrimiento que se padece cada vez que se observa uno la boca en el espejo. Para los que padecen este trastorno cualquier pequeña imperfección es motivo de alarma. Acudir frecuentemente al odontólogo para reclamar constantemente tratamientos para tener la boca perfecta, es otra clara señal'', comenta Daniela Carranza.