El aceite corporal es un producto excepcional para la piel por su capacidad de nutrirla desde la hipodermis, a la vez que actúa para reparar la firmeza y la elasticidad y mejorar la apariencia de estrías y cicatrices. Un Body Oil está compuesto por aceites; en el caso de un aceite corporal natural, se compone de aceites vegetales que, gracias a su estructura, muy similar a los aceites naturales creados por la piel, penetran en ella aportando un aspecto radiante.
Su fórmula está pensada para aplicar en todo tipo de pieles, incluso las más sensibles. Y es que, a diferencia de lo que tememos, los aceites que lo componen no son grasos, son fáciles de extender y su absorción es rápida. Pero, ¿por qué deberíamos utilizarlo? Los expertos de Freshly Cosmetics nos dan los motivos.
1. Trata y previene la aparición de estrías y cicatrices. Estas líneas visibles blanquecinas o amoratadas se producen por una rotura de colágeno debido al estiramiento de la piel en etapas como el embarazo, un cambio de peso o musculación. El aceite de rosa mosqueta, presente en la mayoría de aceites corporales, es un buen aliado para tratarlas puesto que está fuertemente vinculado con la síntesis de colágeno.
2. Combate la celulitis. La celulitis representa un exceso de grasa medida por la unión entre la dermis y la hipodermis. Para combatirla, se incorporan activos naturales que activan el mecanismo 'quema grasas' del tejido adiposo que actúan como reductor y anticelulítico incrementando la elasticidad y la firmeza.
3. Nutre en profundidad frenando la deshidratación gracias a la alta concentración de los mejores aceites vegetales nutritivos y su capacidad para penetrar en las capas más profundas.
4. Frena el envejecimiento. Su poder regenerador cutáneo y su concentración en antioxidantes protegen la dermis de los agentes externos que pueden acelerar el envejecimiento de la piel.
Por todo ello, la marca de Freshly Cosmetics quiere dar a conocer su Golden Radiance Body Oil, un aceite corporal natural compuesto, únicamente, por aceites vegetales que, a su vez, se componen de ácidos grasos, en su mayoría poliinsaturados; perfectos hidratantes naturales, como el aceite rosa mosqueta; y también ácidos oleicos Omega-9, como el que otorga el aceite de oliva o el aceite de macadamia.